17 septiembre 2015

Jules Bosco en Rosario - Un show actual, pero presentado en 1886 !

Jules Bosco fue un mago francés que presento muchas veces su arte en Rosario a fines de 1800.

El diario La Capital publicaba la descripción de sus números, y leyéndolos parece referirse a un espectáculo de nuestros días, con el valor agregado de adaptar para adultos y en un escenario de teatro, lo que hoy se presenta casi exclusivamente en funciones infantiles, rutina que reproduzco más abajo.

El programa incluía el sin rival Silforama, especie de Linterna Mágica de otro artista parisino, el simpático A. Filhon, que pasó también varias veces por Rosario .

Con un público que no bajaba de de 600 personas, realizaba los efectos con perfección y limpieza, debido a lo cual era llamado a escena repetidamente con estruendosos aplausos; tal su éxito.

Entre los comentarios periodísticos, la crítica afirmaba que “...su dialéctica es un tanto amanerada y correcta, lo que no siempre suele encontrarse en los prestidigitadores...”.

Ciertamente un palo duro para los magos.

Reproduzco algunos de los comentarios de los diarios:

El Fusilamiento: “Para esta suerte, se presentarán seis soldados armados a rémington, que cargaran con cartuchos a bala, los cuales podrán ser examinados por los espectadores, para hacer una descarga al señor Bosco que se pondrá a bastante distancia, para que el público tenga seguridad de que el artista no cambia las armas”.

Caza de monedas de plata: nuestra conocida Lluvia de plata, donde el mago hacía aparecer monedas de todas partes, incluso de la cabeza, oreja, y nariz de los espectadores.

El niño fantasma: un niño era colocado en el proscenio encima de una mesa que se veía no contenía nada debajo, excepto los pies del mago. El niño era tapado por una bolsa. Ante los movimientos del chico, Bosco comentaba: no se puede estar quieto, entonces voy a magnetizarlo.
Como seguía moviéndose, el mago tomó dos pistolas y apuntó a corta distancia. Sonaron las detonaciones y a continuación el niño que estaba en la bolsa dio un grito, y apareció en la platea.

La pregunta femenina era una de los efectos que más gustaba al público: Bosco hacía escribir en un pedazo de papel las preguntas que se les ocurrieran a los espectadores. Los papeles eran depositados en una bolsita de seda, y leídas a continuación por el mago.

Una de ellas decía: ¿Qué es lo que más gusta a las señoritas?

Bosco entregaba la bolsita a un espectador para que sacara una de las preguntas, y así contestarla.

Dio la casualidad que salió la misma que la que habían sacado anteriormente, por lo que el prestidigitador se vio en grandes apuros, y dijo que le era imposible contestar, por una razón muy sencilla: él nunca había sido señorita.

Pidió tres pañuelos blancos, los colocó doblados en una mesa, solicitando del público eligiera uno de ellos.

Tomó una pistola, y cargándola con el papel que contenía la pregunta, se la entregó a uno de los presentes, encargándole hiciera fuego cuando él arrojara el pañuelo al aire. Después de los disparos y abierto el pañuelo apareció con letras bien grandes, la contestación a la pregunta: “Casarse con un buen marido”.

Como decía más arriba, Bosco hace cerca de 130 años presentaba para adultos, juegos que hoy son ejecutados casi exclusivamente para niños, lo que demuestra un axioma mágico que apunta, que lo que más se aprecia no es el juego en sí mismo, sino de la manera como se lo presenta.

Me estoy refiriendo específicamente, al Libro Negro de contabilidad de Bosco.

Para demostrar el estado de sus cuentas, el mago presentaba su libro negro de contabilidad, mostrando primeramente todas las hojas del libro que eran completamente negras.

El prestidigitador dijo: “Señores en este libro negro, tengo mi haber y el debe. Cuando yo quiero saber lo que debo no tengo más que hacer esto" y abriéndolo nuevamente todas las hojas que eran negras aparecieron perfectamente blancas, "...o sea que estoy al día y no debo nada. Ahora veré lo que se me adeuda”.

El libro fue abierto otra vez y las hojas aparecieron llenas de cuadrados con números.

Bosco prosiguió: “Como entre mis deudores hay varios que no quieren pagarme siempre coloco en el libro el retrato de todos ellos”, y abriendo el libro, el público observó que las hojas en vez de tener números estaban llenas de figuras.

“Y vean ustedes: también hay señoras algo tramposas que no puedo cobrarles y he aquí sus retrato”. El libro fue abierto y se veían infinidad de retratos de mujeres.

Por último observó Bosco “La solución para perseguir a mis deudores son los diablos del infierno que se encargan de hacer el cobro, y aquí se los presento”.
Volvió a abrir su libro y todas las hojas aparecieron cubiertas de cabezas de diablos chicos y grandes con lo que terminó su rutina.

La sala estaba repleta de familias de la alta sociedad, y cuando el mago terminó su función todos salieron presurosos sin hacer comentarios, no fuera a ser que alguno de los presentes fuera reconocido entre las fotos de los deudores de Bosco.

Además, como el prestidigitador apelaba continuamente al uso de la pistola para sus efectos, no era poco el miedo que Bosco quisera hacer justicia por mano propia disparando a los deudores.
! Por las dudas ..... diríamos por aquí ! 



08 septiembre 2015

Jumal Singh

Estimo que el apellido Singh, debe o debió ser muy común en la India. Saco esta conclusión porque en la historia de la magia a través de muchas épocas, se presentaron muchos faquires Singh. Todos decían ser originarios de la India, pero buceando en sus biografías sus nacionalidades no respondían a tal afirmación. El nombre era una forma de estar más a tono con el personaje.

Uno de los tantos artistas con ese nombre visitó Rosario en 1913.

El hermoso Teatro Colón, ubicado en Calle Corrientes 481 inaugurado en 1904, fue donde debutó un 18 de junio de 1913 el faquir Jumal Singh.
Comentaban los periódicos que consagrado en los escenarios de las grandes capitales de Europa y América, Jumal presentaba en nuestra ciudad un espectáculo exótico, pues reproducía experimentos científicos, aunque más bien podría decirse milagrosos de los hindúes orientales, de quienes se afirmaba burlaban las leyes naturales mediante procedimientos de mágicas apariencias. Se planteaban muchos puntos oscuros que no encontraban solución explicable, lo que obligaba a pensar en las tenebrosidades de los misterios de la India.

El elenco se completaba con otros dos personajes orientales familiares del personaje principal: Kesar y Bella Singh.

El espectáculo de los hindúes orientales como se los promocionaba, no era simple, ! no señor ¡.

Presentaban pruebas de ilusionismo, autosugestión, telepatía, magnetismo, transmisión de pensamiento, adivinación del pasado, presente y futuro, producían sorpresas de todo tipo, y en ocasiones con bastante hilaridad.

Algunas de los admirables números que presentaban eran Baile del espíritu, la Lluvia de Plata, La Caja misteriosa, El Tubo misterioso, Los Secretos del Himalaya, y La prisión de Kilán.

Pero si había algo que causaba verdadera sensación en el espectáculo, era el Tanque de Neptuno, una ilusión que había impuesto nada menos que el gran escapista Harry Houdini unos años antes.
Tanque de Neptuno
Se trataba de un recipiente cilíndrico gigante que se llenaba con agua, los mismos espectadores eran quienes cerraban su tapa con candados, y a los pocos minutos el hindú escapaba del mismo, apareciendo donde el público menos lo esperaba.
Para agregar limpieza al efecto, el tanque se exhibía en el foyer del teatro durante todo el día, donde podía ser revisado por el público que visitaba la sala.

Los comentarios periodísticos se desasían en elogios, apuntando que aquello parecía salido de un cuento de hadas, o de algún capítulo no escrito de las Mil y una noches.
“Jumal ha dejado atónito al público; el Tanque de Neptuno bien cerrado con fuertes cadenas y candados no ha sido abierto, y lo que la razón no quiere aceptar por hallarlo incomprensible, es que el indú (sic) salió del encierro sin derramar agua y sin que el público viera la puerta de escape”.

En el Secreto del Himalaya, el faquir realizaba una experiencia similar aunque con una caja de madera; el periodista afirmaba que personalmente había comprobado que no existía fraude visible, y que el encierro y el escape eran reales.

Jumal Singh
El impacto había sido de tal magnitud, que al periodista se le presentaban las siguientes dudas:
¿Cabe pensar en la espiritualización de la materia?, ¿Cabe pensar en la existencia de una magia cuyos misterios no han podido penetrar aún en nuestra civilización occidental?. O Jumal Singh ha hipnotizado al público hasta la aberración misma de los sentidos, haciéndole ver, por simple efecto de ilusionismo, un mundo de maravillas-como en el cuento de las hadas que en realidad no existe?.

Muchas palabras y frases floridas muy típicas de la época, pero evidentemente la impresión había sido muy espectacular, porque en el caso de otros magos, la crítica fustigaba con mucha crudeza cuando el artista no estaba a la altura de las circunstancias.

El éxito fue tal, que la empresa del Teatro Colón decidió agregar funciones extras del faquir Jumal Singh y sus colegas.

Antes de despedirse del público de Rosario, Jumal prometió regresar con una compañía más numerosa, y con nuevas novedades.

Lamentablemente no cumplió su palabra.




04 junio 2015

Los Joannys y sus Sombras chinescas de colores

El Consejo de los 9

En 1927, al mago escocés Hugh Mackay del Círculo Mágico de Londres, tuvo una ocurrencia original: en base a trayectorias y conocimientos mágicos, seleccionó y convocó a 9 reconocidos magos de diversos países de todo el mundo, y formó lo que llamó “Consejo de los 9”. Un grupo cuyo propósito, entre otros, era emitir opinión en disputas dentro del campo de la magia (por ejemplo, la autoría en cuanto a la invención de efectos).

El detalle curioso del Consejo de los 9, es que ninguno de los miembros conocía el nombre de los demás. Solo MacKay que había formado el grupo, sabia de la identidad de todos los miembros. Cada uno de los 9 integrantes usaba una letra como medio de identificación. Lo anterior se justificaba para que ninguno de ellos, pudiera ejercer alguna influencia sobre otros de carácter débil. Mackay enviaba los antecedentes a cada miembro, y estos le contestaban al escocés por correspondencia con sus investigaciones y opiniones. Mackay entonces circulaba las conclusiones recibidas a todos los integrantes del grupo, y una vez concluído el tema emitía la conclusión final.

El primer tema que llamó la atención de aquel Consejo, fue una disputa acerca de autoría y derechos de un acto de sombras chinescas de color. Un mago reclamaba los derechos por su invento, y acusaba a otro colega de plagio por presentar una rutina similar.

Los dos magos en disputa eran otro mago escocés luego nacionalizado norteamericano, Max Holden, un “peso pesado” de la magia por un lado, y Charles Drouillat y señora, de nombre artístico The Joannys, poco conocidos en el ambiente mágico.
Max Hoden
Holden denunciaba a viva voz, que The Joannys estaban copiando su acto de sombras coloreadas del cual (según su opinión) él era el originador, y de cuyo invento tenía patente que protegía sus derechos, por lo que consideraba que se estaba cometiendo una infracción a la ley, y además faltando al código de ética de la profesión.

Desde 1921 hasta 1927, año en que tomó el caso El Consejo de los 9, Holden denunció a The Joannys en numerosas oportunidades, ante lo cual Joannys guardaba silencio.

Después de varios meses de trabajo e intercambio de correspondencia e investigación, los 9 llegaron a su decisión final en el controvertido tema de las sombras coloreadas, estableciendo que...”Carlos Drouillat (Joanny) de Barcelona, España, es el verdadero inventor del proceso genuino de ese tipo de rutina, y que el acto fue presentado por primera vez en Inglaterra en marzo de 1914”.
El problema quedaba aclarado.

Los Joannys

Jean Drouillat, el primer eslabón artístico de la dinastía, nació en Francia en 1863. Comenzó su carrera muy joven haciendo malabares, acrobacias, y magia. Trabajaba en circos realizando un acto de magia, balanceándose sobre una plataforma colocada sobre el lomo de un caballo percherón que galopaba en la pista.

Trabajo en toda Europa y Sudamérica como Mister Drouillat y Signor Joanny. Su mujer Amelia, era también una artista ecuestre. Uno de sus hijos Carlos Adolfo (1887-1976), siguió la profesión de artista como su padre.

Cuando Carlos tenía tan solo 3 años, trabajó en un espectáculo acompañando a su padre en el Teatro de L’Alhambra de Paris, presentándose como “El artista miniatura”.

Cerca de 1895, el pequeño Carlos tuvo la oportunidad de observar en acción a Chassino, quien realizaba una rutina espectacular de sombras chinescas realizada con manos y pies, y quedó tan impresionado con el acto, que comenzó a practicarlas a escondidas. Cuando comenzaron a faltar las velas en la casa, su padre descubrió el secreto, y motivó al pequeño de solo 9 años de edad, para que continuara con la práctica para así presentar un show de sombras.

Formado en el arte de las sombras, Carlos se caso con María Henuy, y se asentaron en Cerdanyola, donde en 1923, nació su único hijo Jean Joseph Hubert Drouillat.

Continuando con la tradición familiar, Jean aprendió el arte de sus padres, y de esta manera, el dúo de Carlos y María, se transformo en trío, naciendo así “Los Tres Joannys”, que se retiraron del espectáculo en 1969.  Aunque la historia es muy rica en anécdotas, por razones de espacio no es posible abundar en detalles. Esa es la historia resumida de la familia.
Los 3 Joannys en un show: Jean, María y  Carlos
Con poca suerte durante años traté de ubicar a Jean, el último eslabón de la familia, pero en ocasión de un viaje a España, y gracias a Manolo y Noelia dos amigos de Barcelona, pude finalmente contactarlo y reunirme con él. Durante varias horas, Jean con mucho entusiasmo me compartió toda la trayectoria artística de su familia, sacó del arcón muchos de los elementos originales del acto, y se explayó con los detalles totalmente inéditos de las sombras coloreadas de Los Joannys.

Sombras de colores, un acto fuera de lo común

Para producir sombras de colores, Carlos creó un ingenioso mecanismo basado en un sistema de varios prismas de cristal, que descomponían la luz en los colores espectrales que componen el arco iris.
Afiche donde se aprecian las
sombras en colores
Su principal fuente de luz, era un arco voltaico, del tamaño del puño de la mano, que producía una luz extremadamente brillante, más potente que las lámparas de filamento actuales. Con ese sistema conseguía que las figuras de sus sombras tuvieran un contorno perfecto y sin distorsiones. Recuerdo que estamos hablando de 1914.

El show de Joannys, consistía de variadas rutinas. La escenografía era un edificio, donde ocurrían varias historias y hechos cotidianos: un dentista sacando una muela a su paciente, un cocinero preparando comida, un profesor enseñando a sus alumnos, un marido engañado que disparaba a su mujer y al amante, y un policía interviniendo para calmar los ánimos, una corrida de toros muy graciosa y espectacular, y otros por el estilo.

A través de los años la creatividad de Carlos, le permitió crear innovaciones en su especialidad.

Sombras Rayos X 
Algunas de ellas fueron sus “Sombras Rayos X”, en las cuales los espectadores podían observar los huesos de las manos, como si fuera una radiografía de rayos X.

Sus “Sombras blancas o invertidas”, eran otro de sus espectáculos inéditos: proyectaba sombras blancas sobre una pantalla negra, las cuales eran producidas, con un complicado mecanismo, basado en el principio del Disco de Newton.

Lamentablemente, ninguna de ellas fueron aceptadas por el público, y debieron ser retiradas del show de Joannys.

En 1934, el mago polaco Horace Goldin amigo de Carlos Drouillat, en una gira por España, ofreció a los Joannys un lugar en su show para realizar sus sombras chinescas, y también lo contrato a Carlos como intérprete. Jean me relató una intrigante posibilidad referida a la muerte del mago polaco, hecho que no he encontrado mencionado en los libros de historia de la magia. Jean en el momento de la visita de Goldin tenía solo 10 años de edad, pero su memoria era tan fresca como si hubiese ocurrido el día anterior.
Jean muestra orgulloso el
afiche de sus padres compartiendo
cartel con el polaco Goldin
Todavía conservaba el arco voltaico de su padre, sobre el cual me comentó una anécdota referida a un sombrista famoso hoy día, que cometió el robo de aquel mecanismo tan valioso y original de Los Joannys. Para recuperarlo, Jean no solo debió recurrir a la justicia sino también al servicio diplomático del país del sombrista en cuestión.

Mantuve durante varios años un contacto fluido con Jean, hasta que la falta de respuesta a varios de mis mails, me hizo pensar lo peor.

Efectivamente, pude confirmar que casi a sus 91 años, Jean había fallecido a comienzos del 2014.

Un recuerdo para The Joannys, y Jean Joseph Hubert Drouillat, una bellísima persona y un excelente artista !!



27 abril 2015

Charlie Brown, un mago excepcional

En el año 1985, la Peña Mágica Rosarina se reunía en el local de Artistas de Variedades que dirigía el popular Mendozita, ubicado en Tucumán al 1000, allí donde la calle comienza su declive hacia el bajo.

En una noche calurosa de noviembre de 1985, en el patio de aquel caserón, la Peña recibía a un mago excepcional.
Charlie Brown vestido de blanco, presentó una rutina, aunque no puedo recordar si en el mismo orden que enumero: pañuelo de una mano a otra; anillo en el reloj; pila mediana a grande, pases con monedas; aros chinos con perchas; vino convertido en pañuelo; aparición de botella de sidra de un tubo vacio; transformación de paloma en capelina; tubo fluorescente danzarín.

No era muy conocido en aquel momento aquel mago flaco, alto, elegante, con pinta, voz de locutor de radio, y exquisita magia.

Lamentablemente en mayo de 1990, la ceremonia habitual de romper una varita mágica ante la muerte de un mago, se realizaba en honor a Charlie.
Norberto Barrile, mago Barry, escribió una nota muy emotiva sobre él en el Boletín de la Pemar de julio de 1990.

Algunos años más tarde, en un viaje a Buenos Aires, le pedí al recordado amigo Carlos Raggi, muy cercano a Charlie, que me contara sobre él.

Reproduzco brevemente aquella charla que mantuvimos por más de dos horas y media y que grabé entre café y café, solo interrumpida en algunas oportunidades por la tos crónica de Carlos.

Cristian Gabriel Paglia, había nacido en 1959, y comenzó con la magia a los 11 años, pero fue recién un par de años después cuando llego a sus manos el libro Encores del genial Tony Slydini, lo que marcó su carrera artística.

El servicio militar obligatorio, por suerte desobligado desde hace años en nuestro país, lo llevó a Comodoro Rivadavia, ciudad donde vivió por dos años, y fue después del retorno del sur que comenzó una relación más fluida con Raggi, a punto tal de convertirse en compadres.

Charlie en la TV con Leonardo Simons
Su primer nombre mágico fue Fafá, pero cuando comenzó a trabajar en la televisión, una productora del programa Música Total de Canal 9, le sugirió no solo cambiar su nombre artístico, sino que se atrevió a bautizarlo como Charlie Brown, lo que el mago aceptó, y así quedó.

Tuvo una carrera meteórica, y trabajó en programas televisivos de alto rating de la década del 80, por nombrar unos pocos: Sábados de la bondad, Feliz Domingo, Hola Susana, Finalísima, Carozo y Narizota, No toca Botón.
Fue profesor de magia de la academia del Bazar Yankee, pero cuando ese negocio se mudó del centro a barrio Belgrano, Charlie pasó a dar clases en el negocio Buenos Aires Mágico de Carlitos Raggi.
En Bazar Yankee. Foto cortesía del
Centro Argentino de Historiadores y Coleccionistas de Magia

En Bazar Yankee. Foto cortesía Centro Argentino
de Historiadores y Coleccionistas de Magia
Lector incansable, tímido e introvertido, pero al igual que muchos artistas, cuando enfrentaba al público en un show, afloraba otra personalidad totalmente distinta que arrollaba a los espectadores.

Una anécdota graciosa que recordaba Carlos Raggi, fue que antes de comenzar uno de los programas No toca Botón, Olmedo le pregunto a Charlie cuando cumplía años, y aunque faltaba bastante, Olmedo le dijo que no importaba, que esa noche iba a anunciar como ese día el aniversario de su nacimiento y lo iban a festejar en vivo en el programa. La anécdota no quedó aquí. ¡No!.
Al día siguiente, los teléfonos de Buenos Aires Mágico estaban al rojo vivo con más de 300 llamadas telefónicas saludando al cumpleañero.
Una de las tantas actitudes inesperadas del incorregible y querido negro Olmedo.

En el Flasoma de 1987, Charlie ganó el premio de Invención y perfeccionamiento con su “Pila de monedas flash”.

En 1989, participo en el show “Energía” de Valeria Lynch. La apertura de espectáculo, consistía en la aparición de Charlie de la Caja de sombras, luego mostraba la caja vacía, y de la misma aparecía a continuación Valeria cantando.
Aparición en el Show Energía
Durante el show había otras ilusiones, como por ejemplo hacer levitar a Valeria mientras entonaba una canción debajo de un lienzo, la hacía desaparecer del escenario, y al instante la cantante aparecía siempre entonando la canción desde la entrada al teatro, por detrás de los espectadores.

Magia para Valeria en Energía
El show estuvo en cartel en el Gran Rex de Buenos Aires con mucho éxito, y luego siguió la gira por varias ciudades del interior.
 
Lo pudimos ver en Rosario, no solo en el teatro, sino que también fue transmitido por canal 3 de nuestra ciudad. Faltaba todavía recorrer Mendoza, pero el destino no permitió que el público mendocino apreciara la calidad de Charlie.

Murió en mayo de 1990, en su momento de mayor esplendor y juventud.

En internet hay muchos videos que reviven su talento artístico.

Quizás el efecto por el que la gente más lo recuerda es el del tubo fluorescente danzarín (uno de sus preferidos) y la aparición de la capellina.

Charlie Brown, un mago excepcional!



07 marzo 2015

Carl Herrmann y el espíritu de Niccoló Paganini

La hermosa sala del Teatro Olimpo de Rosario ubicada en calle Mitre casi esquina Urquiza, y con una capacidad para 1300 espectadores, recibía a comienzos de 1876 a la Compañía Transatlántica del Sr. Schumann, la cual entre sus artistas presentaba a Carl Herrmann.

El nombre y apellido mencionado era en aquella época (y lo es en la actualidad), un nombre muy reconocido entre los magos.

Pero destaco un pequeño detalle: en este escrito no me estoy refiriendo a Carl Compars Herrmann, uno de los grandes Maestros de la magia, ¡no!; estoy hablando de Carl Herrmann Unthan, un excelente músico sin brazos a quien presentaban como el “Espíritu de Paganini”.
Como se recordará Niccoló Paganini fue un virtuoso violinista.

Ambos Carl Hermann eran alemanes y contemporáneos, pero se dedicaban a distintas ramas del arte.

Volviendo al Teatro Olimpo, cabe destacar que el gran éxito que la Compañía Transatlántica había tenido en Córdoba, la obligó a dar dos funciones adicionales en aquella ciudad, lo que atrasó el arribo a Rosario.
La Compañía entre otros se componía de un faquir que engullía varias espadas a la vez, y además se metía en el estómago un fusil con su bayoneta; un hombre flauta que producía con sus dedos sonidos del instrumento ejecutando los más difíciles acompañamientos, por ejemplo el de la hermosa melodía Carnaval de Venecia del genial Paganini en versión flauta; una equilibrista excepcional Jeannette Ellsler; y un alemán sin brazos que tocaba admirablemente el violín.

Justamente este último mencionado es el personaje de esta historia: Carl Herrmann Unthan.
Posición adoptada por Carl Herrmann
para ejecutar el violín 
Las crónicas del día del espectáculo describen su rutina: el joven entró en escena, tomó asiento, y realizó todas las operaciones que se detallan a continuación con los dedos de los pies, con la misma facilidad que otros lo hacen con sus manos.

Abrió el estuche, retiró el instrumento, lo colocó sobre un banquito, y antes de comenzar la ejecución, y dado el día caluroso necesitó secarse el sudor, para lo cual llevó su pierna derecha al bolsillo del frac del costado izquierdo del pecho, retiró un pañuelo, se limpió la frente, y volvió a colocarlo en su lugar.

A continuación tomó el arco con los dedos del pie izquierdo, y con los del derecho el brazo del instrumento; templó el violín, y ya en posición, la orquesta comenzó con los acordes de acompañamiento.

Las cuerdas del violín comenzaron a silbar, y Unthan acompañó de manera formidable los compases de fragmentos de la ópera Martha (Friedrich von Flotow). Después de otras piezas y ya finalizada su presentación, el público deliraba y premiando la habilidad tan extraordinaria del artista, este se vio obligado a volver varias veces a escena a saludar.

Dados los compromisos de la Transatlántica, solo hubo tres funciones en el Olimpo las que se cumplieron con un éxito total.

Unthan (1848-1929), había nacido sin brazos, pero eso no fue impedimento. El desafío fue tratar de hacer una vida normal. Aprendió música, y se convirtió en un gran concertista.

Dentro de sus presentaciones fue incorporando detalles con los cuales despertaba la curiosidad y llamaba la atención en las funciones, como por ejemplo cambiar las cuerdas del violín, manejándose siempre con los dedos de los pies .

Llegó a desarrollar otras habilidades convirtiéndose en un experto tirador con el rifle, disparando y acertando a los puntos de naipes a distancia.
Programa publicitario de Herrmann Unthan
Aparte de Argentina, recorrió muchos países de América: México, Cuba, Perú, Chile, donde no solo ejecutaba el violín y disparaba el rifle, sino que también demostraba en escena como realizaba actividades diarias, juegos de naipes con espectadores, apertura de botellas, y como escribía cartas  utilizando los dedos de sus pies.
Escribiendo una carta
En las artes y a través de todas la épocas, ha habido innumerables casos como el de Carl Herrmann Unthan. Un ejemplo moderno de este Querer es poder, es el nicaragüense Tony Meléndez.

Ejemplos de vida que le dicen ...




05 febrero 2015

Alfred Selton – Historia reciente

Tuve oportunidad de conocer a Alfredo Sagripanti “Alfred Selton”, estimo en el año 1984, durante una conferencia que diera el genial Carlos Colombi en la Peña Mágica Rosarina. 
Alfred Selton

No teníamos mucho contacto, pero solíamos compartir conversaciones, en ocasión de los Congresos de la Pemar, donde Alfredo asistía atendiendo su stand como dealer.

En octubre de 1998 le hice una entrevista en su casa, de la cual también participaron su señora Diana y su pequeña hija Dianita Junior como él la llamaba. 
La familia mágica Selton

Han pasado muchos años, y creo que vale la pena rescatar los recuerdos de este mago rosarino.

Nacido en 1942 “para suerte de la magia” según un chiste del propio Alfredo, comenzó a practicar magia desde pequeño, presentando ya a los 9 años sus actos en la escuela, y en algunos cumpleaños de sus amigos.

Pero la decisión de dedicarse a la magia a tiempo completo apareció algunos años después. Poco más que adolecente, y mientras trabajaba como utilero en el Teatro Olimpo –ubicado en calle Corrientes al 1200 casi esquina Mendoza, lamentablemente ya desaparecido- llegó a la sala la compañía del actor Pablo Palitos, en cuyo elenco trabajaba un mago llamado Memper, cuya rutina no era abundante, pero sí muy buena.

Cuando Alfredo comentó su afición por la magia, Memper le dio el empujón y aliento que faltaba para que se dedicara exclusivamente a la magia. Memper compartió los conocimientos, y desde ese momento Selton, a pesar de la negativa de sus padres, dejó todo y dedicó toda su vida a la magia.

Es difícil explicar la década del 50 y anteriores a quienes no la vivieron en lo que a la magia se refiere. La única forma de hablar o conocer un mago, era concurrir a un circo o teatro donde se presentaran artistas de la magia. Casi no había negocios dedicados a esa especialidad, y los pocos magos con algún conocimiento mantenían los secretos de manera hermética y no compartían, salvo excepciones.

Uno de los que abrió su cofre de conocimientos mágicos al joven Alfredo fue Don Marcelo Otton, un mago francés radicado en Rosario que le brindó toda su sabiduría. Era Otton un mago excepcional con mucha experiencia que trabajó mucho en circos recorriendo el país, y en palabras de quienes lo vieron actuar en sus últimos años ya anciano y casi ciego, ejecutaba los aros chinos y otros efectos como pocos artistas.

Alfredo recordaba que a las reuniones con el mago francés se sumaba habitualmente otro mago joven de la ciudad de La Plata, que viajaba casi exclusivamente para hablar de magia. Quien hacía esas fatigosas excursiones a Rosario era el apreciado Oscar Keller, quien todavía recuerda con nostalgia aquellas veladas, y era el que aportaba las novedades de Buenos Aires.

Con el tiempo Alfredo se fue relacionando y compartiendo con otros magos, algunos de ellos hoy casi olvidados como el caso de Mac Rubens (gran presentador de sombras chinescas y excelente manipulador) a quien apodaban cariñosamente “el tieso”.

Selton transitó muchas salas de la noche rosarina, importantes boites y cabarets de la época, por las cuales pasaron también otros de sus amigos magos: Zergio Tajan, Fantasio, el mismo Mac Rubens y muchos otros. Amigo cercano de otro gran mago rosarino Horacio Nuñez Regueiro "Krishna", compartían los secretos de la manipulación, difíciles de aprender ante la ausencia de bibliografía.
Alfred en una fiesta infantil
Justamente acerca de las largas conversaciones con Krishna, las remembranzas lo llevaron al año 1958, cuando fueron a ver una película recién estrenada “Europa de Noche”, donde Channing Pollock un elegante mago desconocido en Argentina, hacía aparecer palomas de la nada dejando no solo a los espectadores, sino también a los propios magos con la boca abierta. Tal fue la impresión que les causó, que perdieron horas y horas de sueño, para tratar de reproducir la técnica del genial Pollock. Fueron Pollock y Fred Kaps dos de sus referencias mágicas.

Alfredo se dedicó después a la ventriloquía, y con su muñeco Tachuela se paseó por la mayoría de los escenarios rosarinos. También destinó parte de su tiempo a la fabricación y venta de juegos de magia.
Con Tachuela en el Circo de Marrone 

Selton y Tachuela
 En sus recuerdos rememoraba a muchos de los magos a quienes conoció y que compartieron con él sus conocimientos, de Rosario: Marquard, Rubén Utrera, Henry Fang, Krishna y Otton por supuesto,  y de Buenos Aires: Pidal, Manfredi, Mac Rubens, Zergio, Oscar Keller.

En Julio del 2010, Alfredo Sagripanti “Alfred Selton”, dejaba su mundo de ilusiones, y finalizaba su larga trayectoria en la magia rosarina.



27 enero 2015

Pulman - Un personaje cargado de anécdotas

En el barrio Arroyito la mayoría lo conocía como Pulman, aunque algunos vecinos lo llamaban por su nombre: Don Adolfo.
Nacido en Italia en 1892, Adolfo Corno llegó a Rosario en 1904.
De oficio zapatero, su afición por la magia lo convirtió en un mago trota escenarios desde las primeras décadas de 1900, hasta ya entrados los 60´s.
Recuerdos desgranados por su hija Coca, el escritor Héctor Zinni, y los aportes del humorista, imitador, y ventríloco Hugo Negri (Hugo Pimentel), quien compartió escenarios con Pulman, permitieron llegar a recrear el perfil de este singular personaje.
A costa de entusiasmo, y de presenciar espectáculos de cuanto mago se presentara en Rosario, Adolfo fue creciendo en el Arte Mágico.
Sin televisión ni internet, la escasez total de bibliografía requería de mucha creatividad para desarrollarse como autodidacta. Por ese motivo casi todos los efectos de Pulman eran de su propia fabricación.
De carácter afable y bromista, los chicos rodeaban continuamente a Corno pidiéndole que realizara sus ilusiones. La gente se divertía mucho, pero quien más disfrutaba era el propio mago.

De giras y rutinas

Cada fin de semana, Pulman cargaba sus trajes, telones, las calaveras pintadas para su acto de mentalismo, sus valijas, y partía rumbo a alguno de sus destinos. Rosario, Paraná, Firmat, Santa Fe, y otras muchas localidades apreciaron el talento del mago.

Muchas veces volvía con los bolsillos vacíos, y el comentario obligado era “no salgo más”. Pero tal afirmación duraba unos pocos días, porque al fin de semana siguiente, reaparecía el ritual de los preparativos para la partida.
No importaban los sacrificios, su motor impulsor, eran sus ganas de entretener y divertir a través del arte mágico.
De aspecto impecable, Pulman cuidaba el detalle, smoking blanco para el verano, y vestimenta negra en invierno.
Antiguos programas, permiten apreciar sus espectáculos en varietés, cines y teatros y en los llamados números en vivo de los cines, donde en los intermedios de películas, artistas de variedades, entre ellos los magos, presentaban sus rutinas.
Escamoteos, manipulación con monedas y bolas, cartas, desaparición de un canario en su jaula, efectos con palomas, patos, conejos, cintas y pañuelos, eran parte de su repertorio.

 

 El diluvio

A través de las épocas, ha sido común que muchos magos publicitaran hechos espectaculares, efectos imposibles de realizar, que luego generaban ficciones, y que pasaron a formar parte del bagaje de muchos artistas.
Pulman aprovechó esa idea. En cierta ocasión, prometió que caería un diluvio que inundaría toda la localidad de Granadero Baigorria en el transcurso de su función.
Un público expectante aguardaba la presencia del mago. Una vez en escena, Pulman observo que las primeras filas, estaban ocupadas por un público que prevenido ante su prometido acto, portaba su propio salvavidas improvisado: cámaras de auto infladas para evitar ahogarse en caso de consumarse la afirmación del mago.
En el punto culminante de su rutina, y ante la inminencia del gran diluvio, aparecía un policía de a caballo, anunciando que la función debía suspenderse, para evitar daños a la población.
El duro entredicho entre el mago y el guardián del orden, culminaba cuando Pulman era conminado a finalizar su presentación y retirarse del lugar, bajo amenaza de ser conducido al calabozo en caso de no acatar la orden de la autoridad.
Ante tal frustración, el apesadumbrado mago se disculpaba y se despedía de la concurrencia.
Pero un detalle desconocido para el público completaba esta historia: el hermano de Pulman – un policía verdadero – era el vigilante que presionaba rudamente al mago para evitar un desastre.
Aquella situación, había sido ensayada en detalle entre hermanos, para que la puesta en escena fuera lo más creíble posible.
Muchos años después, el hijo de Pulman, recibió un comentario de un vecino de Baigorria, quien “recordaba” cuando el mago había provocado la inundación en el pueblo, llegando incluso a marcar con gestos la altura que había alcanzado el agua.

La lectura de manos

Mucha gente le insistía para que le leyera las manos, pero Pulman rechazaba los pedidos, no era esa su especialidad, y no dominaba ese tema.
En una oportunidad, ante el denso requerimiento de una mujer, se vio obligado a aceptar el pedido.
Mientras se le ocurría algo, frunció el seño y mirándola fija a los ojos le señaló: “Señora yo acá veo algo…” La mujer mirando hacia los lados y bajando la voz le interrumpió nerviosa: “Por favor, cállese, no se le ocurra decírselo a nadie, y menos a mi marido, porque si no me echa de la casa, o peor,…me mata”. Alejándose presurosa, la solicitante dio por finalizada la lectura de sus manos.
Su inesperada confesión, seguramente alguna infidelidad que el mago ni siquiera se le había ocurrido imaginar, terminó abruptamente con la interpretación de las líneas de la palma.

Los zapatos de la mafia

Entre las décadas del 20 y del 30, la mafia imperaba en Rosario. Había que ser un hábil artesano, para que los capos mafiosos requirieran de los servicios de alguien ajeno a la organización.
Pulman debía serlo, porque fue convocado por alguien cercano a Agata Galiffi, hija del famoso capo mafia Juan Galiffi “Chicho Grande”, para que le confeccionara los zapatos.
La hija de Adolfo Corno recordaba los relatos de su padre cuando debía trasladarse a la casa de Galiffi para realizar la prueba de los zapatos: la cuidadosa observación a través de mirillas en la puerta antes de franquearle la entrada, y los variados cacheos, por parte de los guardaespaldas.
Una experiencia inolvidable, aunque Don Adolfo el zapatero, se sintió aliviado cuando finalizo su fina artesanía.

Otros tiempos - Funciones a vecinos

Los vecinos más antiguos de calle Juan José Paso al 1200, en Arroyito, aun recuerdan cuando Pulman tenía su taller de zapatero en esa cuadra, y en las fiestas de fin de año, aquella calle de adoquines y de poca circulación, era bloqueada para los festejos de los vecinos.
En un escenario improvisado con tablas, el mago provocaba las delicias de adultos y niños, quienes disfrutaban de las maravillas del artista de la cuadra.
Ferviente entusiasta, aun enfermo, continuo trabajando en la magia hasta pocos años antes de su muerte.
Adolfo Corno, el Mago Pulman, probablemente uno de los primeros magos de Rosario, murió a los 72 años el 14 de diciembre de 1965.



13 enero 2015

James Stevenson, chileno por adopción

Sobre fines de 1800, James H. Stevenson ya pasados de los 30 años, se dedicaba part-time a la magia, presentando su excelente acto de manipulación en los famosos circuitos del vaudeville de los Estados Unidos.
Nacido en Georgetown (Washington), compartía la magia, trabajando en forma paralela como agente de ventas para la Remington Typewriter Company una de las empresas más importantes del mundo en el rubro de máquinas de escribir.

 En 1904, su hermano gemelo radicado en Chile le ofreció un trabajo para lo cual debía radicarse en ese país. James aceptó, y desde ese momento vivió toda su vida en el país vecino. Su primer lugar de asentamiento fue Antofagasta, pero luego alternó su residencia entre la ciudad mencionada, Tocopilla, Iquique y Mejillones, ciudades todas ubicadas en el norte de chileno.

En los Estados Unidos y antes de viajar, había sido uno de los fundadores de la Sociedad Americana de Magos (SAM), y también miembro de la IBM.

A principios de 1900, se publicó un poster con el encabezado de Magos Famosos, donde figuraban 58 de los considerados principales magos de varias épocas (algunos vivos, otros ya muertos), donde se puede observar las fotos de Robert Houdin, Compars y Alexander Herrmann, Harry Kellar, Devant, Buatier De Kolta, Maskelyne y tantos otros tan importantes como los mencionados. En ese poster figura Stevenson, lo cual da una idea del prestigio de quien estamos hablando.
Durante la época de la I Guerra Mundial, Jas como también era llamado, realizó giras en Chile en favor de la Cruz Roja y otras entidades benéficas para recaudar fondos, y en ocasiones fue contratado para actuar en cruceros que llegaban a aquel país.

Un hecho gracioso tiene que ver con el parecido de los hermanos. Eran tan iguales, que era imposible decir cual era cual. Ese detalle era aprovechado para realizar una broma que repetían a menudo con los capitanes de los barcos de vapor que llegaban al puerto de Mejillones donde se encontraba uno de ellos, el cual desafiaba al comandante a una carrera hasta Antofagasta. La mayoría de los capitanes aceptaban, ya que sabían que el viaje por agua era cuestión de horas, mientras que por tierra sólo era posible por ferrocarril (a comienzos del siglo XX) y con un tren transitando ese recorrido solamente dos veces a la semana. El segundo hermano en Antofagasta recibía un mensaje cablegráfico que le informaba como debía vestirse, y todo quedaba solucionado. Ningún capitán podía ganar la apuesta. Fue una broma que repitieron muchas veces en su época de juventud.

Otra anécdota referida a la magia, fue la que ocurrió sobre fines de 1928 y principios de 1929.

Se produjo un intercambio ríspido de cartas entre Stevenson desde Chile, Leslie Briant desde Rosario, y David Bamberg desde Buenos Aires.

Lo curioso de esta historia, es que las cartas no se las remitían entre sí a sus respectivos domicilios, sino que desde Chile y de Argentina, se enviaban las misivas a los magazines norteamericanos The Sphinx y Linking Ring, y posteriormente en esas revistas aparecían las respuestas.

Dos de los personajes de esta historia marcaban diferencia en la región. El inglés Briant desde 1912 radicado en Rosario, que mantenía estrecha relación con el mundo mágico de Estados Unidos y Europa, y representando a la IBM en Argentina, mientras que Stevenson muy respetado en Estados Unidos, era el representante de Chile y de Sudamérica de la misma institución. David Bamberg, menos conocido en ese momento, solo era acreditado por ser el hijo del gran Okito.

El tema de discusión fue debido a la áspera relación entre David Bamberg (en ese entonces Syko, y luego famoso como Fu Manchú) y el mago Raymond, que terminó con el alejamiento de Syko del espectáculo de Raymond en su tour mundial por Sudamérica.

Syko había enviado a The Sphinx con pedido de publicación, todos los detalles del problema (fundamentalmente económico) que se había generado con Raymond, lo que ocasiono su separación del show cuando se estaba presentando en Buenos Aires. Lo anterior provocó una respuesta de Stevenson alabando a Raymond y a su mujer Perlitzka, en la cual llamaba incompetente a Syko. Entró en el intercambio Briant, quien por haber entablado una amistad con David defendía a este último.

Después de varias extensas cartas y extensas contestaciones publicadas en Estados Unidos, el problema paso a un segundo plano cuando tanto Bamberg como Briant, comenzaron a comentar en aquellos magazines acerca de Fu Manchú, nombre con el que David comenzaba su nueva carrera mágica solista en Argentina.

Volviendo a Stevenson, actuó muchas veces en Valparaíso, donde viajaba a menudo seguramente por negocios a la sucursal de la empresa que gerenciaba su hermano, presentándose también en las ciudades de Limache y Huasco. En 1931 actuó ante el Presidente de Chile.
Su nombre artístico era El Mago de la Costa Oeste Chilena, pero era muy conocido también como Don Santiago.

A los 72 años de edad, y habiendo vivido casi la mitad de su vida en Chile, James Stevenson murió en Valparaíso en febrero de 1934.

Un mago norteamericano de nacimiento, pero chileno por adopción.


02 enero 2015

Enrique Jardiel Poncela

Hace unos años publiqué un artículo sobre el escritor español Enrique Jardiel Poncela (maestro del absurdo), y su relación con la magia.

Hace cosa de mes y medio recibí una grata sorpresa, Enrique Gallud Jardiel, nieto del escritor, tuvo la amabilidad de enviarme un libro que escribió sobre su abuelo.

Enrique es escritor y ensayista especializado en el teatro cómico español, y ha publicado muchos libros de diversos temas de humanidades.

El libro incluye textos inéditos, correspondencia personal, y manuscritos que no se habían divulgado hasta el momento.

Jardiel, La risa inteligente, título que lleva el libro, nos hace saber desde los orígenes familiares, su formación, su vida y viajes, su actividad como empresario de espectáculos, su obra, y datos tanto curiosos como interesantes, hasta su triste desaparición en 1952.

Recomiendo entonces el libro Jardiel, La risa inteligente de Enrique Gallud Jardiel, y a quienes le interese ponerse en contacto con el autor, pueden hacerlo a egjardiel@gmail.com.