19 diciembre 2012

El mago de las mil profesiones - Una historia de novela

Unas copias arrugadas que quedaron olvidadas en una casa de Rosario cuando unos inquilinos se mudaron a otro hogar, dio origen a esta historia, la cual se me ocurre, sería digna de un film de Federico Fellini el genio del neorrealismo italiano, y porque no también, de una novela de Julio Verne.

Una vida repleta de profesiones diversas, viajes, deserciones, deporte, magia, encarcelamientos, y también un vigoroso interés por el sexo femenino.

El relato y las fotos fueron publicados por la revista Emilia Romagna, nombre que refiere a una región del norte italiano, zona de donde es oriundo el protagonista de la historia.

Todo comienza en 1890 cuando en la ciudad italiana de Lugo, Provincia de Rávena, nace nuestro personaje que llevará una vida de aventuras y andanzas como pocas.

Algunos problemas de conducta sumado a las malas compañías en su niñez y adolescencia, hacen que el jovencito pase algunos días en calabozo. Con 16 años de edad, comienza a trabajar en distintas especialidades: mensajero, obrero de mantenimiento de ferrocarriles, pastelero, panadero, camarero, albañil, algunas de ellas las desempeña en su ciudad natal y otras en Alemania, y Suiza, donde se enamora y se casa con Pierina.

Entre trabajo y trabajo, disfruta el tiempo libre aprendiendo juegos de manos en forma autodidacta, lo que le da la oportunidad de presentarse como ilusionista.

Se inicia en sus primeras armas como mago, pero las circunstancias y su pasión por el deporte hacen que comience a participar en carreras de maratón, donde obtiene varios premios, entre ellos el campeonato de Lugano en 1908/09.

Correr significaba para él, escapar a la rutina, huir, alcanzar la libertad.

Ya cumplidos los 20 años y con dos hijos es llamado al servicio militar, pero su afán de aventura es mucho más fuerte que su obligación cívica. Con algunos amoríos intermedios y lejos de Pierina, su amor por la libertad, hace que deserte del Regimiento de Bersaglieri, y pase a Francia.

Sin una moneda en el bolsillo, una ocurrencia surgida de su espíritu de sobrevivencia le proporciona algunos dividendos: junta tierra de la calle, la lava, acondiciona y la vende como talco contra piojos.

Una nueva etapa en su vida es cuando pasa a ser empleado en un parque de diversiones, donde pregona el espectáculo en una divertida mezcla de italiano y francés, que causa mucha gracia entre los franceses. Continúa con nuevos amores, lo que incluye un hijo extramarital.

Su pasión por el deporte no decae, y continúa compitiendo en carreras pedestres, ganando premios importantes.

Luego se desempeña en un trabajo en una fábrica de azulejos, y otro de pintor, como para completar su curriculum.

Llega 1914 y estalla la Primer Guerra Mundial, por lo que decide volver a Italia y entregarse a las autoridades, dado su carácter de desertor. Es reincorporado al ejército, pero su espíritu de libertad es tan fuerte que deserta nuevamente, pero esta vez con un detalle fuera de lo común: la fuga del cuartel no es con vestimenta de soldado. Nó ¡, las únicas prendas que viste durante el escape son sus pantalones cortos, camiseta y calzado deportivo. Como si se dirigiera a competir en una de sus carreras de maratón.

Siguen las aventuras por distintos países, se enrola en la legión garibaldina que combate en Francia, y ya en Marsella ejerce de pintor y vidriero, sin dejar de lado como de costumbre, las aventuras amorosas con varias damas.

Continúa con otro alistamiento en los bersaglieri, fuga posterior, noches a la luz de la luna acompañado por bellas damas, procesamiento militar, condena, prisión, y luego rumbo al frente de batalla, nueva fuga, y otras desventuras por el estilo.


Terminada la guerra y vuelto a la vida civil, retoma su carrera mágica la cual perfecciona, y junto a su mujer Genoveffa -que no es aquella que le diera dos hijos, porque Pierina murió en 1915-, desarrolla un acto de mentalismo, lectura del pensamiento, y un acto que denominó “La Morte che parla”, La muerte que habla (es solo una hipótesis personal, pero quizás podría tratarse de La cabeza que habla?, The Sphix?).

Exitosas giras por lugares ya recorridos en sus años juveniles lo llevan por Francia, Suiza y por supuesto, Italia.

El deporte seguía siendo un imán que lo atraía firmemente, aún hasta los 38 años en que consigue su última victoria en el campeonato Romagnolo.

No todo estaba dicho en cuanto a profesiones se refiere, se convierte en fotógrafo ambulante, documentando no solo eventos sociales, sino también la vida cotidiana de la gente común.

Ya sobre los años 60, las remembranzas de su nieta Mirella, quien aportó toda la información, lo recuerdan durante el día como fotógrafo en la playa, entrada la tarde con su show de magia en la zona del paseo marítimo, y a la noche encerrado en su laboratorio revelando fotos.

Seguramente deben haber quedado algunas profesiones y especialidades  en el tintero, pero con las enumeradas bastan y sobran.

Desconozco la fecha de su muerte, pero magos amigos italianos que he consultado y que lo conocieron hace ya varios años, lo recuerdan como un señor mayor, más bien de carácter serio, que asistía regularmente a las reuniones del Círculo Mágico. Estimo que no conocían su trayectoria, porque no me hicieron ningún comentario especial sobre él. Y vaya que habría para hablar!

Es probable que su nombre no se encuentre lo suficientemente acreditado en la historia del arte de la magia, pero dado que uno de los objetivos de este blog es sacar a la luz a personajes poco difundidos, me pareció interesante presentar tal pintoresca personalidad.

Cada uno sacará su propia conclusión, pero nadie podrá negar que fue un hombre con una profunda afición por “le belle donne”, que el deporte lo transportaba a un plano superior, y que disfrutaba la vida a su manera, y tampoco ninguno podrá contradecir que Alfredo Giovannini amaba la libertad por sobre todas las cosas.

28 noviembre 2012

Artista prodigioso


Vivimos una época donde la tecnología cambia profundamente  al ritmo de un chasquido,  manejamos programas complejos, pero ¡por favor!, que no nos pidan hacer una operación matemática. 

Suma y resta, quizás serían posibles, pero multiplicaciones o divisiones, hummmmmmmm… Cuesta  un  poco no?  Ni que hablar de las operaciones  con “quebrados”. 

Para los que no están en tema: nó, no me refiero a los tratamientos médicos de personas con huesos rotos, estoy hablando de los números fraccionarios o fracciones.

Si no tenemos a mano una calculadora, o celular, nuestro sistema mental esta “caído”, hasta para las operaciones más sencillas.

Me refiero a partir de este momento a otra época, los primeros años del siglo XX.

Todos lo sabemos, pero vale la pena recalcarlo: en aquel tiempo no existía el móvil o celular, no computadoras, no calculadoras, no transmisores diminutos. A lo sumo, para resolver problemas matemáticos se utilizaban las reglas de cálculo, hoy desaparecidas, y que terminaron de usarse allá por la década de 1970, o pocos años antes.

Ubiquémonos ahora en 1904, que es cuando en la Ciudad de Rosario se inauguraba el hermoso Teatro Colón en la intersección de las calles Corrientes y Urquiza, sala con capacidad para 1300 espectadores, que los rosarinos estamos llorando desde 1958, año en el cual la piqueta realizó su trabajo de demolición.

El tema es que al año siguiente de su apertura, se presentaba en 1905, uno de los más grandes calculistas relámpago de todos los tiempos, el italiano de nacimiento Jacques Inaudi.


Según comentan, el italiano luego nacionalizado francés, no sabía leer ni escribir hasta sus 20 años, pero tenía tremenda facilidad para las operaciones matemáticas.

En las instalaciones del Teatro Colón se publicitaba la Star Company, cuya principal atracción y cabeza de reparto, era el calculista, a quien acompañaban Miss Allis excepcional equilibrista, y la sonámbula Mademoiselle Clementina con sus efectos de sorprendente adivinación. La troupe se completaba con otros cuadros cómicos de pantomima al estilo Frégoli, actos de prestidigitación, y excéntricos musicales entre otros artistas.

Una rara mezcla de vaudeville, que era justamente lo que atraía la atención del público, y producía su masiva concurrencia al Teatro.

Las gacetillas periodísticas, informaban que Inaudi manipulaba las cifras y las operaciones cual malabarista de los números. Según un cronista local: “… una divertida gimnasia intelectual de giros eléctricos. El primer efecto que producen sus soluciones tan rápidas, es como si la larga tirada de cifras fuera el resultado de una combinación embrollada, que estuviera de antemano escrita en su cerebro, es de una sorpresa inesperada y risueña… el fenómeno no encaja en los moldes comunes a los que producen las celebridades en espectáculos de salón. Ya fuera facultad nativa o producto de inexplicables fórmulas exclusivamente personales, su facilidad para el cálculo deja en quien lo observa, una especie de obsesión persiguiendo vanamente sus explicaciones lógicas…”.

En 1907, los periódicos de otras partes del mundo contaban maravillas inexplicables, por ejemplo los estadounidenses reflexionaban, que si bien a la mayoría de las personas les resulta dificultoso hacer dos cosas en forma correcta al mismo tiempo, Inaudi era una excepción a esta regla, pues él hacía varias cosas a la vez, no solo bien, sino a la perfección.


Tan destacables eran sus facultades mentales, que era considerado como teniendo dos cerebros; podía realizar varios juegos ya fueran de cartas, de damas, de ajedrez, u de otro tipo en forma simultánea, mientras resolvía problemas matemáticos que le eran planteados al mismo tiempo.

Algunos ejemplos simples eran: conociendo la fecha de nacimiento, en instantes informaba el número de meses, semanas, días, horas minutos y segundos, que esa persona había vivido; sustracciones de números de 24 dígitos. Sí!, la resta de dos números de 24 dígitos cada uno. Debo reconocer que en mi caso me cuesta cuando debo recordar números con más de 4 o 5 dígitos!!!!

Probablemente hoy día aquel acto no causaría tanta sensación. Con la tecnología hemos perdido mucha de nuestra capacidad de asombro, pero aún a la distancia, pensar que un pastor de ovejas durante su infancia y pre adolescencia, y casi analfabeto hasta sus 20 años, haya llegado a tal punto en las operaciones matemáticas es digno de reconocimiento.

El gran maestro de los cálculos relámpagos fue un fenómeno para este tipo de ejercicios. No necesitaba lápiz ni papel, todo era realizado en el espacio virtual de su mente.

Hace pocos días se cumplió un aniversario de la muerte de Inaudi, no quiero exponerme a escribir cuantos años hace, por temor a que me salga mal la cuenta, pero lo cierto es que el calculista superrápido murió en Francia un 26 de noviembre de 1950, a los 83 años de edad.

Hay muchos casos históricos parecidos, pero relato algo que tuve oportunidad de observar en la televisión rosarina en 1980. El español Antonio Pulido, que nació en el mismo año que muriera Inaudi, debutada en un canal de televisión local, realizando cálculos complicados al estilo del ítalo francés, sin lápiz ni papel. Su única ayuda, si la memoria no me juega una mala pasada, era una especie de recorrido o contaje, de los botones de su camisa. Ese era el ábaco con el cual realizaba sus cálculos.

A medida que pasan los años uno apela más frecuentemente a los sentimientos, a las remembranzas, por eso un recuerdo para mi madre, quien solo con 3er grado de primario, y mentalmente (sin papel alguno), realizaba operaciones de suma y resta de 3 y 4 dígitos, y multiplicaciones de dos cifras en contados segundos, mucho más veloz que yo con mi calculadora de bolsillo.

Finalmente refiriéndonos a los calculistas superveloces, y parodiando a Don Quijote de la Mancha cuando le hablaba a su escudero: Cosas vederes Sancho, que non creyeres.

23 noviembre 2012

Los Herrmann´s en Brasil  -  Enio Finochi


Hace pocos días falleció el apreciado amigo brasileño Enio Finochi “Li Tang”. 
Desde hace muchos años, manteníamos un fluido contacto acerca de temas relacionados con la Historia de magia, sobre lo cual intercambiamos bastante información a través del tiempo. 

Era Enio una persona excelente, y un historiador con amplios conocimientos, que disfrutaba compartiendolos con otros compañeros interesados en el tema.  

Lo que sigue, es parte resumida de un artículo en el que trabajamos juntos, y que se publicó en un Journal estadounidense en el año 2009, que trata sobre el paso de los hermanos Herrmann  (los Copperfield del 1800, como para definirlos de alguna manera) por Argentina y Brasil en el siglo XIX.

Como no hay mucha información escrita en inglés acerca de la Historia de la Magia, o hechos ocurridos en Sudamérica, y menos aún en el siglo XIX, estimo que fue un trabajo de difusión que merece su mérito.

Sea entonces este un homenaje a Enio, quien realizó muchos trabajos y aportes a la Historia de la Magia de su país.

Carl
Tres veces estuvo Carl en Sudamérica, en 1858/59, 1866/67 y 1880.

Fiel a su costumbre realizaba funciones a beneficio de instituciones de bien público en cuanto lugar actuara.

En Brasil ofreció espectáculos a favor de la libertad de personas, y gracias a lo recaudado, se liberaron más de 20 esclavos.

1858/59
Esta fue la primera gira por Sudamérica. En esta oportunidad, Carl actuó solamente en Porto Alegre, y fue acompañado por su hermano menor Alexander de solo 15 años, quien era su ayudante. Dada su corta edad y poca experiencia, Alex ocupaba un lugar secundario en el espectáculo. 

No solo hizo amigos allí, sino también  discípulos. Uno de ellos, y quizás el más talentoso fue el joven Firmito Gomez de Abreu, quien tomó  lecciones con el maestro, revelando notables aptitudes para el arte mágico. Firmito debe haber sido el primero, o uno de los primeros magos brasileros. Debutó seis meses después de tomar sus lecciones con Herrmann, actuando posteriormente desde 1861 a 1875.

1866/67
El paso de Carl en San Pablo y Río de Janiero, esta documentado en el libro "Revelacoes da Magia Moderna", publicado en 1903 (edición Livaria de viuda Azevedo Río de Janeiro) de Frederico Carlos da Costa Britos, quien fuera otro de los discípulos brasileros del gran mago.

Cuenta Costa Britos en su libro, que siendo un niño de 13 años después de ser invitado a una sesión privada de Carl, le pidió que le enseñara algunos pases fundamentales, que eran incomprensibles en los libros, pedido al que Herrmann accedió. Costa Britos hizo una gran amistad con el maestro de la magia.

1880
En ese año, Carl se presentó en Río de Janeiro y San Pablo, y fue su última visita a nuestra región.

La prensa brasileña, reprodujo el comentario de un periódico de Montevideo, donde Herrmann afirmaba que su lema era: “Quien da a los pobres, da a Dios”, en referencia a sus obras de caridad.

Herrmann le pidió a su amigo Frederico Costa Britos, en ese momento de 26 años de edad, que mientras actuara en Río de Janeiro fuera su ayudante en bastidores. Ese trabajo ayudó mucho a Costa Britos en su aprendizaje de la magia, en cuanto a aprender los juegos de Herrmann, y también en lo referente a la nueva tendencia de la magia que lideraba Carl.

A Carl le agradó tanto la actuación de Costa Britos en la Escuela Politécnica donde estudiaba, que le dijo al joven mago: “Estoy viejo, no tengo hijos. Preparate para partir para Europa, que es ahí donde te quiero presentar antes de retirarme de escena. Yo tu maestro, es que te hago este pedido”.

Cuestiones personales hicieron que Britos decidiera quedarse en Brasil. Herrmann no esperaba esa respuesta y en forma muy sentida exclamó  “Me retiro del mundo sin verte en mi lugar”.

Alexander
Después de aquella primera visita del joven mago en 1859, acompañando a su hermano cuando era un adolescente, vuelve Alexander después de 25 años, ya con convertido en un gran artista. No obstante, veremos que recibió algunos comentarios adversos.

1884
Las referencias sobre Alexander en su paso por Brasil son bastantes duras y severas, y han sido tomadas del libro de Frederico Costa Britos.

Según este autor, Alexander utilizaba mesas y otros aparatos con trampas o doble fondos para facilitar el escamoteo, afirmando Costa Britos que no eran necesarios si utilizara una  técnica más depurada.

En su opinión, Alexander no seguía la escuela moderna de prestidigitación impuesta por su hermano Carl.

En el norte de Brasil, Alexander no fue recibido de buena manera, porque sus aparatos, parecían destinados a engañar solo a chicos de colegio.

Opinaba Costa Britos que para juegos de salón, y transformaciones ...donde se ve la educación artística..., Alexander era mediocre.

Algunas de las duras criticas que Costa Britos  publicó  en su libro acerca de Alexander fueron:
* En algunos juegos le falta confianza porque hace las desapariciones en forma desprolija. Usa sin necesidad una mesa de flecos.
* El juego de los anillos en la cacerola fue hecho muy apresuradamente por la Sra. Herrmann, y se pudo apreciar cómo se ocultaban las palomas.
Costa relataba cómo debía realizarse en forma correcta este efecto. Según sus afirmaciones,  Patricio de Castiglione, que tenía mucha más escuela que Alexander, hacía con más cautela este trabajo.
* Los efectos de monedas eran hechas con muchas incorrecciones, y la producción de un pato fue realizada de mala manera
* En el Sombrero roto y recompuesto, se produjo un error increíble, ya que el sombrero roto tenía un forro interno de otro color que el destruido, detalle que no pasó inadvertido para los espectadores. El público no era tonto.

La conclusión de Costa Britos fue contundente:
 

Donde estaba el arte? Algunas suertes comprobaban que no tenía un repertorio de un artista de mérito.
No se podía creer que fuese el hermano del Maestro de Maestros.
Enio Finocchi, 2009

22 mayo 2012

Hipnosis (I)

En realidad, este escrito estaba previsto con el objetivo de presentar a un conocido hipnotista que pasó por la ciudad en 1913, y su maestro, un personaje que realizaba “milagros”, en la última mitad del 1800.

Pero dos hechos cambiaron el plan original: 1) la presencia del hipnotizador Tony Kamo en Rosario, y 2) la visita y conferencia que el mago Aryel nos brindo en el Grupo Rosarino de Ilusionistas Mágicos.

Tony Kamo, el “Hipnotizador mas famoso del mundo”, según reza su propaganda, ha estado promocionando durante toda la semana anterior en todos los medios de difusión rosarinos, una serie de Seminarios / Cursos denominados Autoprogramación Mental, Dejar de fumar, Control de ansiedad y estrés, Bajar de peso, etc., que tienen su raíz en la hipnosis.

A Tony Kamo lo he visto por televisión, y una de las cosas que ha llamado poderosamente mi atención, ha sido como puede con un simple chasquido, dejar profundamente dormido a varios sujetos en un segundo, en un espectáculo masivo y al aire libre, con todo el infernal murmullo y gritería de 5000 o 7000 personas.

 ¿Es posible tal experiencia en esas condiciones?

 En lo personal no lo creo posible, sin embargo en el intercambio que comento mas abajo, los que conocen del tema, afirmaron que puede realizarse; hay algunas técnicas para conseguirlo.

Mi opinión puede no ser compartida, pero en ocasiones, es demasiado perceptible el uso de “compadres”, o actores, por parte de algunos hipnotistas.

 Mi apreciación es crítica, cuando la evidencia de una “mala actuación” por parte de algún “voluntario”, desvirtúa totalmente le experiencia.

Lo anterior no intenta invalidar el trabajo de Tony, y mucho menos los fundamentos de la hipnosis, es solo un punto de vista de alguna de las facetas concernientes al espectáculo de esta especialidad.

El segundo motivo fue la presencia Aryel, que aunque brindó una excelente conferencia de mentalismo, también se dedica a la hipnosis, realizando shows sobre el tema.

Después de la conferencia, el tema excluyente en la cena fue acerca de la hipnosis, y toda su relación, como por ejemplo elección del sujeto, algunos métodos de inducción, regresiones, consecuencias post hipnóticas, etc.

 Mucho misterio y creencias equivocadas han rodeado siempre a la hipnosis en el imaginario popular.

En ese intercambio, se trataron muchos de esos puntos.

 * Solo los espectadores de débil voluntad pueden ser hipnotizados.
 Se afirma que es todo lo contrario, el éxito en la hipnosis depende de tener enfrente una voluntad lo suficientemente fuerte, como para lograr concentrarse y dirigir todo su pensamiento y energía a relajar su mente.

Los mejores sujetos, son estudiantes que están entrenados para la concentración, o personas de elevada inteligencia.

 * ¿Puede entenderse como “posesión” la habilidad de una persona para hipnotizar a otra?
 La obediencia incuestionable, conduce a los espectadores a pensar que el hipnotista mantiene el control total sobre la mente del sujeto hipnotizado, y puede tomar ventaja de ello, haciendo que realice actos inmorales o deshonestos.

 Una persona bajo hipnosis, no cumplirá ninguna orden en contra de sus principios éticos o morales, o creencia religiosa.

 Lo anterior se ha constatado con experiencias que demuestran que los principios no pueden vulnerarse por órdenes de un inductor.

Si el hipnotizador diera una orden de cometer algún hecho ilícito o inmoral, el sujeto se despertará del estado hipnótico inmediatamente, y no se desviará de su ética.

* En condiciones normales, ninguna persona puede caer bajo la hipnosis en contra de su voluntad.

Un intercambio muy interesante por cierto.

No es fácil abordar el tema de la hipnosis en pocas líneas, ni tampoco hacer mérito a todos sus cultores, fueren científicos o artistas.

Aunque hay algunos antecedentes previos, podría decirse que todo se desencadena, a través de los estudios de Mesmer, y de su teoría del Magnetismo animal, ya transcurrido las tres cuartas partes del siglo XVIII.

Luego vendrían el Marques de Puysegur, el médico escocés Braid quien implantó el término Hipnotismo, el neurólogo Charcot que aplicó la técnica a pacientes histéricos, y a posteriori muchos otros científicos que permitieron un desarrollo sostenido.

En cuanto al hipnotismo teatral, parece ser que uno de los primeros en practicarlo, podría haber sido el médico Charles Deslon, discípulo de Mesmer, quien montó una experiencia con varios sujetos al mismo tiempo en un salón / escenario de París, a finales de la década de 1780.

Si bien no estaba previsto como un espectáculo en sí mismo, lo realizado se parecía bastante a los modernos shows de hipnosis.

Deslon consiguió impresionar fuertemente a los testigos de aquella experiencia: con una música de fondo apropiada, el proceder de los pacientes era variado, unos bailaban, otros cantaban, y no faltaban gritos, sollozos y comportamientos extraños.

Más tarde aparecerían los artistas, especialmente los mentalistas, que agregaban a sus espectáculos, las sensacionales sesiones de hipnosis.

Alguna de las tantas anécdotas que circulan es el por ejemplo el caso de Flint, uno de los hipnotizadores más conocidos de fines de 1800 y comienzos de 1900, de quien se comenta que produjo la muerte de un asistente, mientras realizaba el test de rigidez.

Muchos hipnotistas teatrales engañaban al público, autopromocionándose como hacedores de milagros y fenómenos nunca vistos, pero no pasaron de ser mas que soberbios charlatanes.

Mi remembranza me retrotrae a muchos años atrás, cuando tuve oportunidad de asistir a un espectáculo del anunciado como “Hombre Radar”, el genial Fassman, quien deslumbró en el teatro Olimpo de Rosario.

Junto con su bella médium Anna Fay, presentaron experiencias de grafología, clarividencia, nemotecnia y telepatía.

El Hall del teatro, estaba adornado con dos o tres docenas de fotografías de espectáculos de Fassman en escenarios de todo el mundo, donde se mostraban hipnosis colectiva y experiencias variadas.

También vívido aún, el comentario de asombro de un espectador, vecino de butaca en aquel espectáculo, que fuera uno de los sujetos a quienes hipnotizó en el escenario.

04 mayo 2012

Thauma

Thauma, una inglesa con un rostro toda belleza, recorría el mundo presentando una ilusión que dejaba atónito al público.

Muy seguramente Thauma, era un nombre de fantasía, que respondía más al nombre de la ilusión, que al suyo propio.

Llegaba a Rosario procedente desde Montevideo y Buenos Aires, donde había causado una sensación notable.

A pesar de contar la ciudad con el amplio Teatro Olimpo, el lugar elegido para la exhibición, fue un local que había ocupado el Hotel de la Paz.

Pero aclaremos un poco más: la curiosidad consistía, en que la mujer no tenía piernas, y solo se observaba su busto sobre un pequeño trapecio colgado del techo mediante cadenas.

El espectáculo era tan desconcertante, que difícilmente podía explicarse el público, como una mujer sin piernas quedaba suspendida en el aire.

La dama iluminada por una brillante luz, podía ser observada por el público a tan corta distancia, que le permitía entablar un diálogo con ella.

Para reforzar el efecto, y que nadie sospechara de piernas ocultas o disimuladas debajo del busto, un asistente pasaba una vara de madera, y hasta llegaba a apuñalar el espacio etéreo con una gruesa espada por debajo y alrededor de aquel semicuerpo, para demostrar que no había engaño ni parte oculta en esa zona.

Thauma sonreía, hablaba, cantaba, y hasta besaba a los bebes que le acercaban.

El “busto flotante” como lo denominaban algunos, fue una ilusión asombrosa, que originó un nuevo principio en la magia, que se utilizó con mucha simpleza en ese momento, pero que luego fue desarrollado con interesantes resultados.

El Dr. Lynn, un reconocido mago de su tiempo (fines del siglo XIX), fue quien inventó aquel efecto mágico al que llamo Thauma, y de acuerdo al historiador Jim Steinmeyer, lo presentó por primera vez en el Folies Bergere de París a fines de 1870, y luego lo mostró por todo el mundo.

Volviendo a nuestra historia en Rosario, aquella presentación contaba con un cicerón, quien daba algunas explicaciones referentes a tan extraordinaria imposibilidad.

Los horarios de exhibición eran restringidos, de 4 a 6 y de 8 a 10 p.m. Seguramente era una prueba difícil, que exigía un estado físico impecable.

En los avisos, se insistía que Tahuma era la mutilada original.

La denominación de original, se debía a un curioso hecho relacionado con la inglesa y con su ilusión, el cual fue relatado por el periódico local La Capital.

El tema es que mientras la ilusión se exhibía en el Teatro Nacional Buenos Aires, dos españoles encargados de la limpieza y de la boletería del lugar, no tuvieron mejor idea que forzar las instalaciones donde se guardaba celosamente la ilusión.

Su deseo de lucro, pudo más que su dignidad.

Analizado el aparato, y ya en conocimiento de su secreto, construyeron uno igual, y viajaron a Rosario anunciando el espectáculo en el Teatro Olimpo.

Agregado a lo anterior, los carteles de propaganda distribuidos por la ciudad, y que los españoles no pagaron, fueron mandados hacer a la imprenta misma de La Capital, que como consecuencia lógica, se encargó de publicar bien en destacado, la noticia de morosidad por parte de los “empresarios”.

Los españoles la hicieron completa, aunque no demasiado bien.

Decía el comentario periodístico,  “ …….. los industriosos caballeros dieron fiasco, pues tuvieron que irse con la música a otra parte, y hoy no sabemos donde se encuentran  parodiando el curioso espectáculo que presenta en Rosario Miss Thauma ………”

Escribía el articulista, que todo lo explicitado en el periódico, provenía de su propia investigación, y del mismísimo propietario del Teatro Nacional de Buenos Aires.

El tema seguía en las noticias, y La Capital  volvía a su tratamiento, publicando una noticia de Miss Shauwa, nombre de la mujer que exhibían los españoles:

.... la señorita Miss Shauwa, mujer mutilada, junto con los españoles, se ha ido con la música a otra parte. Llegó al Rosario, y a las primeras de cambio con Miss Thauma, debió levantar campamento y retirarse a Santa Fe. Hubiera sido muy curioso que las dos mujeres mutiladas se hubieran dado de mojicones y mordiscos, y también de puntapiés, aunque carecen de pantorrillas.”

Cumplido su espectáculo en Rosario, seguramente Thauma debió dirigirse a cualquier lugar menos a Santa Fe, para evitar tener que demostrar que era la original, y no su plagio.
Colección Mike Caveney

Lo que se aprecia en la imagen, es lo que deben haber disfrutado los rosarinos y otros tantos espectadores del 1800, en el espectáculo de la bella inglesa.

En el 2011, en la Conferencia Europea de Historiadores de Magia, tuve ocasión de presenciar una conferencia de Jon Marshall, quien disertó  acerca de esta ilusión. Jon comentó y presentó material y fotografías del desarrollo, incluidos los modelos, que debió realizar para luego exhibirla en sus presentaciones.

15 febrero 2012

Multiplicación de Bolas Jumbo – Peter Gloviczki

Un video del excelente mago cubano Ernesto Planas, subido al Facebook del apreciado amigo Eduardo Bonisoli “Lipas”, mago rosarino, aunque ahora afincado en Las Palmas de Gran Canaria, me hizo recordar a Peter Gloviczki.

Aunque es un efecto hermoso, no son muchos los magos que realizan la multiplicación con bolas jumbo, mas conocido para mí como Bolas Gloviczki.

Desconozco el porque, pero la mayoría de los magos con los que he hablado sobre esta rutina, pronuncian Glovinzki en lugar de Gloviczki. Quizás sea mas fácil la pronunciación.

Húngaro de nacimiento, Peter fue un hábil manipulador, muy renombrado en la década de los años 70.

Su fina manipulación de bolas de 12 cm. de diámetro (aprox.), llamaron la atención del mundo mágico de entonces.

Difíciles de manejar por su tamaño, las bolas se multiplicaban de manera increíble, ante un suave roce de las mismas con su cuerpo y manos.

En 1973, se celebró el Congreso de la FISM (Federación Internacional de Sociedades Mágicas) en Francia.

En ese evento, obtuvieron premios varios españoles: Camilo Vásquez en Micromagia, Juan Tamariz y Tony Cachadiña en Cartomagia, y el Gran Prix fue para el excelente mago holandés Richard Ross.

En ese FISM, el mago húngaro obtuvo la medalla de plata, un 2º premio en la difícil especialidad de manipulación.

En el 73, también fue nominado como Conferencista del año, aunque no llegó a ganar el premio.

Gloviczki, incursionó en otras actividades mágicas, llegando a comercializar efectos de su autoría:

* “Super Hungarian Linking Ropes” - Una rutina de aros chinos con sogas, que vendía Tenyo de Japón.

* “Aces in Motion” – Junto con Derek Dingle, idearon una serie de efectos con los 4 ases, transformaciones, cambios de dorsos, desapariciones y apariciones, caras normales a caras blancas, etc.

* “Peter's Plexi Prediction” – Efecto de cartomagia. Entre dos hojas de plexiglás se encuentran insertas dos cartas blancas por ambas caras. El público escoge 3 cartas distintas, y “sorprendentemente”, las 2 cartas selladas dentro del plexiglás, revelan las 3 cartas elegidas. !!! Uno de los métodos más novedosos para revelar 3 cartas.

Gloviczki no solo se destacó utilizando sus habilidades manuales para la magia.

Proveniente de una familia de médicos, Peter se dedicó también a la medicina como cirujano cardiovascular, especialidad en la que sobresalió.

Ya residente en USA, en el 2005, participó en el equipo médico multidisciplinario que operó (aneurisma) a Dick Cheney, Vicepresidente de los Estados Unidos (Administración George Bush), y en 1990, estuvo a cargo de la operación a corazón abierto al recordado mago Jay Marshall.

Para terminar, he aquí un link, donde se puede observar una rutina corta, pero sin desperdicios, de la Multiplicación de Bolas Jumbo, o mejor Bolas Gloviczki.

10 febrero 2012

1er Reunión de Historiadores y Coleccionistas de Magia en Argentina

El 2 de febrero pasado, realizamos la 1er Reunión de Historiadores y Coleccionistas Mágicos de Argentina.

El lugar elegido no pudo ser mejor: las instalaciones del Instituto Sudamericano de Ilusionismo.

El hermoso espacio cultural, muy apropiado y cómodo, es uno de los tantos proyectos que lleva adelante Rodó, y esta ubicado en la calle Salvador María del Carril 3242 de Capital Federal.

Una Flor Azteca, recuperada de un antiguo Parque de Diversiones, nos daba algo así como la bienvenida en la entrada al Instituto.

Presentes (pocos pero buenos, según nosotros mismos): Alex Nebur, Fénix, Kartis, Rodó y Nadur.

Había otros compañeros invitados, pero por razones laborales o particulares no pudieron participar.

Con varias pizzas por medio cocinadas en el propio Instituto, comenzaron los intercambios de programas, libros y magazines antiguos, y también se mostraron algunas colecciones.

 De destacar la colección de Alex Nebur de billete en el tubo. Todo acondicionado en una caja de madera bastante pesada por cierto, con sus correspondientes candados y llaves y llavecitas.

Todo tipo de tubos: de acero, de cobre, de aluminio, en fin un tesoro que sería interesante exponerlo en alguna exhibición.

Finalmente se dio el puntapié inicial a una iniciativa de Rodó y Alex Nebur, quienes fueron los gestores de la idea.

Estaban rondando algunas ideas respecto de hacer algo con los que disfrutamos de la historia y aquellos que se deleitan coleccionando elementos mágicos, pero lo de promover una reunión con los interesados en el tema, fue una genial idea como digo, de Rodó y Alex.

Plas, plas para ellos.

La reunión algo informal, no tuvo temario especifico por ser la primera, pero se consideraron ideas generales y especificas.

Un trabajo sobre la Historia y las colecciones de Magia Argentina/Sudamericana (ya en marcha) para un Magazine extranjero estuvo en la mesa, y ya se está promoviendo el primer estudio sobre un tema por demás interesante.

Todos los que participamos quedamos mas que complacidos y enganchados con todo lo que se podrá generar en el futuro con este Encuentro.

08 febrero 2012

El Trile o Mosqueta

Son muchos los juegos o entretenimientos que se prestan para que las personas pueden ser embaucadas.

Quizás no es el juego en sí mismo, sino las trampas, desconocidas por los incautos apostadores, que conspiran para que luego los jugadores compulsivos, deban pagar un precio muy alto por su obsesión.

Los magos conocen bastante sobre este punto, porque muchas de la técnicas utilizadas, tienen que ver con el arte del ilusionismo.

Uno de los juegos donde es muy fácil engañar a la gente, es el conocido como la “Mosqueta“, o las “Tres cascarillas”, o el “Trile”, según los países.

Esos nombres son sinónimo de fraude cuando se utiliza en apuestas, caso distinto, cuando se utiliza con fines de entretenimiento o diversión.

Hay muchos antecedentes sobre la historia de los fraudes en los juegos, pero según parece, la mosqueta comenzó a jugarse en el siglo III A.C.

Se realiza con cartas, dedales, cubiletes y otros objetos similares.

En los centros de las grandes ciudades, es común observar a grupos de viandantes arremolinados en torno a un operador de mosqueta.

La escenografía no puede ser mas elemental: un simple cartón a modo de mesa, tres tacitas o cubiletes o cáscaras de nuez y una bolita. Solo eso.

Los elementos son tan básicos, que ante el caso que aparezca la autoridad policial, la prueba desaparecerá en un segundo. Todo muy simple.

La bolita se coloca debajo de uno de los cubiletes o tazas, o cáscaras de nuez. El operador cambia lentamente la posición de las cascarillas, los movimientos son totalmente limpios.

Donde esta la bolita ? aquí, allá, o acullá ?.

Comienzan las apuestas, y no hay vuelta que darle, la “banca” gana siempre; el “punto”, resigna sus ahorros y queda con angustia indescriptible.

A comienzos de 1896, el periódico La Capital de Rosario, Argentina, informaba de su preocupación acerca de los timadores en los trenes, y de la falta de presencia policial.

A diario, decenas de incautos eran víctimas de la estafa de la mosqueta.

Con claridad meridiana, el cronista explicaba paso a paso la metodología del inocente pasatiempo, comentando el porque del uso de cada elemento y cada acción.

Viajaban juntos 4 o 5 individuos entendidos en el negocio. Semblanteaban a los pasajeros – una especie de inteligencia previa -, y con su vasta experiencia, elegian a aquellos que fueran “fáciles” para tal empresa.

Uno de los timadores, se hacia notar comiendo y bebiendo hasta quedar ebrio a la vista de todos. Su almuerzo era bien ligero: pan, queso y nueces. Elementos indispensables para lo que vendría luego.

Poco después sacaba un paquete de cigarrillos que contuviera papel estaño en los extremos, y haciendo con este una bolita, inocentemente comenzaba a jugar tapándola con tres medias cáscaras de nuez y pasándola con alguna rapidez de una a la otra.

Otro de los disimulados protagonistas, se acercaba y se interesaba por aquella diversión.

Cada componente de la troupe de fulleros tenia su misión. Uno de ellos comenzaba a conversar con el operador, mientras los restantes comentaban con las futuras victimas, afirmándoles con argumento bien sólidos y combinados, que en otro viaje anterior, le habían ganado al mismo sujeto (el operador) una suma considerable, y que con algo de dinero para apostar, podría vencérselo nuevamente.

El primer compinche que había comenzado a jugar, ganaba continuamente todas sus apuestas, y el ebrio operador perdía en cada apuesta.

Con una actuación digna de un Oscar de la Academia, y con cara de circunstancia, el tirador le suplicaba al ganador que le diera otra oportunidad.

La mayoría de los pasajeros, en general colonos de la región, y con dinero suficiente como consecuencia de abundantes cosechas, veian una manera fácil de ganar dinero y entraban en el circuito de la apuesta.

Mucho mas sencillo (a sus ojos), era ganar dinero apostando a la fácil mosqueta, que el duro trabajo del cultivo de la tierra, la insoportable jornada bajo el rayo del sol, y demás sacrificios.

Desacertada decisión.

El operador, daba un vuelco increíble en la tirada de la mosqueta, y los campesinos comenzaban a dejar sobre la improvisada mesa, el fruto de su esfuerzo diario.

Concluida la faena, los protagonistas con arcas llenas, bajaban en la próxima estación y repartian las ganancias.

Al año siguiente, 1897, publicaciones similares continuaban alertando a los pasajeros de trenes.

Pero aquel llamado de atención del periódico no era suficiente.

Como un imán, todos los inocentes colonos acudían a la mesa improvisada, y continuaban sucumbiendo ante la torpe tirada del fingido ebrio que operaba las cáscaras de nueces.

Contribuía mucho la hábil charla de los timadores acompañantes.

Parece increíble que tantos años después, se continua con la misma metodología, los mismos elementos o sutiles modificaciones, y todavía haya incautos que siguen apostando y perdiendo su dinero con el maquiavélico fraude de la mosqueta.

Sobre fines de los años 70, Jorge Ribak, quien mucho me enseño sobre magia, me comento una anécdota que le aconteciera durante una gira mágica por el sur de Argentina.

Durante el tour en un viaje en tren, se topó con un operador de mosqueta.

El séquito de acompañantes descubrió bien pronto que Jorge conocía la técnica de la tirada.

Uno de los “inductores” se le acerco en forma disimulada, y aplicando un objeto punzante sobre sus costillas, lo “invitó amablemente” a que se alejara, no solo de la mesa de juego improvisada, sino también del vagón donde los apostadores perdían suculentas sumas.

Moraleja: Aunque seas mago o conozcas la técnica, ni apuestes, ni te acerques a una mesa de mosqueta.

En vez de ganar dinero, es posible que cualesquiera del grupo “mosquetero” te haga pasar un mal momento.

05 enero 2012

Historias de Circo (1) – Johnny, el gran artista

Tengo un amigo rosarino, vecino de barrio, aunque lo conocí cuando cada uno de nosotros vivía Atlántico de por medio, quien me ha contado anécdotas que ha vivido a lo largo de toda su vida bajo la carpa de circos.

Como artista de la acrobacia, se presentó en innumerables picaderos, y en muchas ciudades del mundo, compartiendo escena con estrellas circenses, entre ellos magos importantes.

Radicado desde hace varios años en el sur de España, se dedica desde entonces, casi exclusivamente a la magia.

Héctor Mazucco, será pues el relator de esta historia, y quien esto apunta, pasará a ser el secretario escribiente.

Johnny, y la troupe de chimpancés del Tihany

Durante mi estadía en el grandioso Circo Tihany, una de mis rutina era la de los Pulsadores, donde junto con otros compañeros, ejecutábamos el número acrobático de la producción romana. Era el año 1975.

Había una escalera por donde se bajaba desde la pista, y allí nomás estaba la jaula de los chimpancés.

Uno de ellos, llamado Johnny, ocupa un recuerdo especial en mi memoria. Era todo un personaje.

Debe haber sido uno de los primeros animalitos del circo, y aunque estaba domesticado, era algo agresivo. Por ese motivo, lo ponían solito en una jaula. A la izquierda de Johnny, en otra jaula, estaban los pequeños, y junto a ellos, otro chimpancé ya veterano y muy tranquilo.

Cuando el cuidador o encargado les llevaba la comida, les hablaba como a niños.

Héctor Mazucco con la troupe de chimpances
Como travesura, en algunas ocasiones, alguno de los artistas le quitaban alguna de las frutas a Johnny, quien se ponía de tan mal humor, que armaba tal escándalo gritando y zamarreando la jaula, que revolucionaba todo el ambiente del circo.

Johnny tenía muy buena memoria, porque cada vez que iba o volvía de presentar su rutina en escena, pasaba por el cameríno de quienes le sacaban la fruta, y tironeaba fuertemente de las cortinas (no había puertas en los camerinos), para observar si los susodichos se encontraban en el lugar. Por supuesto, los escamoteadores, evitaban ser vistos, acurrucándose detrás de los roperos y baúles.

El acto de los chimpancés, era el mas visto por los propios artistas del circo.

Johnny era un gran artista, pero era también muy, pero muy celoso. Los aplausos mayores tenían que ser para el.

Cuando ello no ocurría, o alguno de sus compañeros no realizaba como correspondía su parte de la rutina, Johnny le propinaba alguna cachetada, especialmente en el número final.

Johnny es el segundo, el que saluda al fotógrafo
En esa parte de la actuación, no lo podían tener atado con la cadena, ya que manejaba una moto en la cual se iban subiendo en cada vuelta, uno por uno los demás componentes de la troupe.

Guay de aquel que no subía, o lo hacia mal, porque allí Johnny armaba el escándalo. A veces se caían de la moto, y en oportunidades Johnny aprovechaba para escaparse.

En ocasiones lo atrapaban enseguida, pero en otras, tenían que seguirlo hasta algún parque o plaza de las inmediaciones.

En una oportunidad de la cual fui testigo, se escapó, y eligió para esconderse nada menos que el trailer de las coristas del ballet.

Era un espacio largo, algo así como 30 metros con espejos y sillas a ambos lados. Allí se maquillaban, se cambiaban, y especialmente intercambiaban opiniones las bailarinas.

Como siempre se escuchaba un continuo murmullo, pero cuando Johnny hizo su aparición, se produjo un silencio sepulcral, todas callaron.

El chimpancé se fue al fondo , se sentó en el ultimo lugar, revolvió los maquillajes, los lápices de labios y demás enseres, y se colocó una peluca en su cabeza.

Como todas las chicas sabían de su agresividad, ninguna se movía, todas sabían que podía pasarles, ya que mordía mas que un cocodrilo.

La primera que se animó en salir disparada de aquel lugar, fue la que se encontraba ubicada al lado de la puerta. Corriendo y gritando le siguieron las demás.

Johnny salio por la parte trasera de la carpa, mientras todos los artistas se encerraban en sus caravanas al grito de “Se escapó el mooooonooooo ¡!!!".

El chimpancé se subió a lo alto del mástil principal, y de allí observaba tranquilamente como un vigía de un barco, a todos los que miraban desde abajo.

Tuvo que ocuparse Loli, el hijo de Tihany, quien con algunos elementos especiales, logro que Johnny se bajara.

El Chimpancé volvió a su alojamiento, todo volvió a la normalidad, y se cumplió así el postulado de la farándula :
“ …… El espectáculo debe continuar ……… ”

He perdido el rastro de Johnny, no se si todavía continúa haciendo sus travesuras bajo alguna carpa, pero ciertamente dejo en mí un recuerdo inolvidable.

Gracias querido Amigo Hector por tu valioso y colorido aporte !!