29 septiembre 2009

Mago Dingo

Se llamaba Luis Squeff, pero la gente lo conocía como el mago Dingo.
Dingo vivió en la ciudad de Santa Fe, en Argentina.

Grandes y chicos disfrutaron por muchos años de las ilusiones de aquel cruzado de la magia, la alegría y la sorpresa.

Siempre pronto a sorprender y llevar la alegría del arte de la magia, no solo a los chicos de los hospitales, sino también a los internados en los reformatorios, cárceles, patios de comisarías y todos aquellos lugares donde las personas estuvieren recluídas por el motivo que fuere.

Sus manos sensibles y hábiles, transformaban dados en coloridos pañuelos, rústicos lápices convertidos en varita mágica, lo ayudaban a hacer desaparecer alianzas matrimoniales, que luego aparecían en el bolsillo de los propios espectadores. Estos y otros efectos formaban parte de su acerbo mágico, realizado con elementos simples y cotidianos.

Personaje agradable y hábil escamoteador, cada vez que era reconocido en la calle, era rodeado por los chicos, pidiéndole que realizara sus proezas.

Fotografía de Dingo (joven) realizando su magia en un cuartel de bomberos, ante una delegación estudiantil. Lamentablemente no poseo otra foto mejor de Dingo.

Ya mayor, Dingo solía hacer sus pases y rutinas en las calles céntricas de Santa Fe, ante los paseantes de la peatonal.

El mago Dingo murió hace unos años, pero seguramente los magos de Santa Fe Capital que compartieron con el, recordaran a aquel personaje, siempre dispuesto a entretener con su mejor faz risueña y acogedora.

Sea este un homenaje en la persona de Dingo, a todos los magos que como el, sin ser tan conocidos ni promocionados en el mundo del ilusionismo, llenaron de alegría y divirtieron a tanta gente, simplemente ………… haciendo magia.

20 septiembre 2009

Linterna Mágica y Fantasmagorías en Rosario, Argentina (Siglo XIX)

Actualmente Rosario es la segunda ciudad de Argentina, pero en el siglo XIX, era una pequeña población que transitaba un camino de desarrollo sostenido.

Las presentaciones de Linternas y Fantasmagorías por esta Ciudad, fueron muy ricas en curiosas anécdotas, algunas de las cuales reproduciremos en este escrito.

Las designaciones conque se anunciaban aquellos espectáculos eran muy disímiles: Gabinetes Ópticos, Panoramas Panoticos Pintorescos, Cosmoramas, Neoramas, Dioramas, Panorama Universal, Silforamas, por nombrar solo algunos.

El primer Gabinete Óptico en 1854
A fines de 1854, se inaugura un Gabinete Óptico, el primero que exhibe en la ciudad.

Se trataba de un equipo portable, al estilo del utilizado por los linternistas itinerantes europeos.

Los días jueves y domingos, había funciones especiales de Fantasmagoría, en cuyo caso el precio de la entrada costaba el doble.

Proyectaba imágenes de la fiesta de los faroles en China vistos de día y de noche, Catedral de Madrid, Arco del Triunfo de Paris de día y de noche con iluminación, etc.

El citado equipo, así como dos órganos a tornillo, instrumentos con los que se ejecutaba la música durante la proyección, se ofrecían para la venta.

1855 – Mago Juan Lippolis, magia y Fantasmagoría

Muchos de los magos de paso por Rosario, complementaban su función de magia con la exhibición de vistas de Linterna.

Este fue el caso del primer mago que actúa en Rosario en 1855.
Se trata del italiano Juan Lippolis, quien junto a sus ilusiones, presentó una sesión de Poliorama y Fantasmagoría, en el Teatro El Nacional.

Otras proyecciones y las noticias
Las primeras vistas eran de ciudades, pero a posteriori, comienzan a proyectarse otro tipo de imágenes, tales como hechos bélicos de la guerra de Oriente, y otras mas humorísticas como por ejemplo el diablo tomando mate, el diablo sembrando plata, una mujer infiel a su marido.

Con temas variados y diversos, se pretendía tentar al público.

Debe aclararse que en aquella época, las noticias sobre guerras y otros hechos del exterior, llegaban a Rosario después de 2 meses de ocurridas, oficiando por lo tanto estas exhibiciones, como verdaderos noticieros informativos.

1856 – Salón de Recreo y la fuga de los amantes
En un Salón de Recreos, piezas de óperas se complementaban con vistas de corridas de toros, y el cuadro de la fuga de los amantes.

Se refería este último hecho, a la trágica historia de amor prohibido, que protagonizaran Camila O' Gorman, una joven de la sociedad y el sacerdote Ladislao Gutiérrez. Dado la delicada situación, huyeron de Buenos Aires sobre fines de 1847, siendo luego encarcelados y fusilados por orden del “Restaurador” Rosas en agosto de 1848. Ambos habian quebrado las reglas de aquella sociedad: el era sacerdote, y ella había quedado embarazada.

¡ Cruel castigo para aquellos enamorados ¡

El suplicio que sufrieron los amantes mencionados, era una de las más solicitadas por el público asistente.

En otros casos, los cuadros eran terribles, y hacían referencia a la quema de reos de herejía y blasfemos, y a los desgarradores tormentos y martirios de la inquisición, y también hechos regionales que llamaban mucho la atención.

Una característica especial de algunos establecimientos, era que ofrecían a más de las vistas, y a modo de incentivo, varios periódicos para los aficionados a la lectura, semejante a nuestros actuales cafés.

Alguna de la música ofrecida eran mazurcas, polkas, varsovianas, y varios establecimientos advertían con énfasis, que ninguna de las vistas ofendería la moral.

1868 – Silforama en la cancha de pelota
Un Silforama que exhibe Fantasmagorías, se presenta en la cancha de pelota del Señor Aldave.

Era común en época estival, que espectáculos de todo tipo, se presentaran en lugares al aire libre, como por ejemplo una cancha de juego de pelota.

Se incluían en este caso algunos cuadros divertidos, tales como una nueva manera para saludar, Pedro va al mercado, El hombre alegre, El payaso con la silla, Don Narizón, El mono, El cochino, El bailador.

La concurrencia a estas exhibiciones de vistas silforónicas, era tal, que el público quedaba apretujado como sardinas.

En los intermedios, una orquesta amenizaba el espectáculo, no faltando como fin de fiesta en algunas ocasiones, las estrellas diamantinas (fuegos artificiales).

Uno de los programas anunciaba que el “el rubio Macri”, un artista acrobático del Circo Chiarini, realizaría todo tipo de cabriolas sobre caballos amaestrados y otras suertes variadas.

Cualquier excusa era buena para promover las vistas, y llamar la atención del público.

1875 – El mago Lolhiam y su ayudante Forlet
En 1875 y 1876, un Diafanorama es exhibido por el Profesor franco-inglés Doctor Julio Lohliam, donde se podía observar hasta la salida de humo por la chimenea de un vapor.

Un teatro improvisado en un paseo con jardines, lugar no tan cómodo como un teatro, pero sí más confortable al tratarse de época estival, era en este caso el espacio elegido para las proyecciones.

Acompañaba a Lolhiam el Señor Forlet, personaje un tanto multifacético, ya que se encargaba de dar las explicaciones de las vistas, cumplía el rol de ayudante en los actos de magia, cantaba parodias de óperas, y agregaba otra llamativa novedad: cantar con su nariz.

No era un improvisado el citado Forlet. Era un artista francés, actor, cantor, e intrépido empresario.

En Buenos Aires gerenció teatros de pasatiempos, y llego a tener su propio Folies Forlet, dándole a sus espectáculos un carácter de verdadero music hall.

Forlet, imprimía algo de pimienta a sus espectáculos para hacerlos más divertidos, y porque no escandalosos. En alguna ocasión en el paseo mencionado, llegó a recibir algunos papas a modo de proyectiles arrojados por el público.

Lolhiam, presentándose tanto como Profesor y como Doctor, no solo demostraba las bondades de sus vistas, sino que principiaba sus funciones ejecutando experimentos fantásticos de Física, como también se denominaba a la magia en aquella época.

Este mago realizaba la prueba que el denominaba El hombre invulnerable, en la cual le disparaban con un arma de fuego, deteniendo la bala con sus manos.
Esta controvertida y peligrosa prueba, ha sido realizada a través de los tiempos con éxito diverso, y esta documentada fehacientemente la muerte de más de una decena de magos durante su ejecución.

La publicidad del canto nasal de Forlet, era redactada probablemente por algún poeta trasnochado y con algunas copas encima, de la manera que sigue:

Forlet cantará con la nariz,
Con la nariz cantará Forlet,
Saldrá el retrato de Forlet,
De Forlet saldrá el retrato,
Distribución del retrato de Forlet.
Mucha alegría por poca plata.
No confundir la Plata con el Paraná (1).
No olvidar – Beneficio de Forlet.
No faltar

(1) Juego de palabras que hace alusión al Río Paraná adyacente a Rosario y al Río de la Plata (Buenos Aires).

1877 – El mago Delfino, sus cuadros mecánicos, y sus pócimas
El señor Delfino, se presentaba a la Policía a solicitar permiso para una exposición de cuadros mecánicos (Gabinete Óptico), y funciones de magia.

El mago presentaba hermosos cuadros, finalizando con pruebas de prestidigitación. La numerosa concurrencia presenciaba su agilidad y destreza de manos.

Pero el artista agregaba otra actividad: vendía remedios utilísimos, con la afirmación, que eran aprobados por los mejores autores de la ciencia.

Como se ve, Mister Delfino no se iba con chicas, y abarcaba todo aquello que pudiera parecerse a los famosos charlatanes del oeste norteamericano, con sus espectáculos ambulantes y venta de remedios sanadores.

1889 - Exposición Panorámica de actualidad – Submarino Peral
Un incentivo especial para los españoles, eran las proyecciones de retratos de monarcas españoles, y de José Peral y Caballero, científico, marino, y militar de aquella nacionalidad, inventor en 1885 del primer submarino torpedero, el cual llevaba su nombre.

Ofrecía escenas de las más notables, algunas sumamente macabras, como la horrible desgracia de la señora Carolina Bohm, quien fue decapitada al caer bajo las ruedas de un tren, crímenes fatídicos, inundaciones, y finalmente algo más agradable, como la Exposición de París con la torre Eiffel, etc.

Había para todos los gustos, pero evidentemente, el “gancho” parecía centrarse en hechos siniestros o trágicos, que eran los más promocionados.

1893 – Panorama de ilusión óptica, y algun detalle indecoroso
En este Panorama se representa una niña que gira en el aire sin sostén de ninguna especie.

En un aviso, su Director hace su descargo, y se defiende de quienes pretenden que su exhibición reviste caracteres indecorosos, afirmando que su exhibición, “es del todo honesta y moral, y de consiguiente no puede herir en lo mas mínimo, ni la cultura de los caballeros, el pudor de las señoritas, ni la candidez de los niños.”

Quizá algún escote pronunciado, o una vestimenta que dejara a la vista alguna parte de los miembros inferiores (quizas más arriba de los tobillos), fuera la referencia a la falta de moral del espectáculo.

Un hecho local ocurrido en noviembre de ese mismo año, acaparaba la atención del público. Se trataba del descarrilamiento del tren a Rosario cerca de la estación Paraíso.

Fin de siglo - Cinematógrafo
En los últimos anos del siglo, se conoce una curiosa novedad: el Cinematógrafo.

El nuevo invento congrega multitudes. Cada vez se suman mas salas que ofrecen este nuevo espectáculo, por lo cual tanto la Linterna Mágica, las Fantasmagorías y demás mecanismos parecidos, entran en franca declinación.


Y esa es la historia de aquellas proyecciones en Rosario

17 septiembre 2009

Fantasmagoría

Quien piense que el espectáculo de terror es un invento del siglo XX, debería revisar su pensamiento.

Sobre fines de 1700, algunas modificaciones en la concepción de la Linterna Mágica, dan lugar a espectáculos de imágenes horrorizantes que espantaban a la audiencia: fantasmas proyectados sobre humo, imágenes pequeñas que de pronto se convertían en gigantes, y además podían moverse alrededor de las paredes.

El arte de las proyecciones de imágenes se transforma completamente, dando origen así a la producción de espectáculos de horror, los cuales fueron conocidos como Fantasmagoría.

Como se trataba de una ilusión, era común que los magos, acompañaran sus funciones con alguna representación de este tipo de artefactos, aunque existen muchos ejemplos de entretenedores que nada tenian que ver con la magia.

Como era el show ?
Los acontecimientos siniestros (guillotina, muertes, etc.) de la Revolución Francesa, fueron el escenario ideal para generar nuevas sensaciones.

El interés del público por lo macabro en la época declinante de la Revolución, incentivó fuertemente esos shows de fantasmas.

En pleno conflicto, llega a París el físico belga Étienne-Gaspard Robert (1763–1837), luego conocido como Robertson, el cual desarrolla una novedosa idea de producir fantasmas por medios ópticos.

No era un improvisado, conocía de ciencia y de óptica, y para diferenciarse de Cagliostro y Mesmer, según sus propias palabras, se proclamaba como científico y no poseyendo poderes ocultos.

Algunos conocedores de este tema, afirman que en realidad, Robertson “tomó prestada” la idea del alemán Paul Philidor o Philipsthal, quien presentó Fantasmagorías en semanas cercanas a la ejecución de Luis XVI, y también exhibía curiosidades de óptica, mecánica, y autómatas.

Étienne inundó la ciudad de París con sus avisos y propaganda. El lugar donde se realizaba la exhibición no tenia suficiente espacio, debido a lo cual solo alrededor de 70 personas podían asistir a las presentaciones.

Poultier, un periodista importante de la época, escribió como testigo acerca de aquel espectáculo.

Explicaba aquel reportero, como el belga arrojaba en un brasero con carbón encendido dos vasos de sangre, algunas sustancias químicas, y algunas hojas del Journal des Hommes Libres (el diario de los republicanos), apareciendo entre el humo producido, un horrible fantasma cubierto por la capa roja de la libertad y armado con un puñal, para luego desaparecer.


Luego un joven del público, solicitó ver el fantasma de su amada ya muerta, y mostró su retrato. Robertson repitió la operación y apareció el busto de la joven con su cabello flotando en el aire, y dirigiéndole una sonrisa a su amado.

El relato es muy extenso, pero baste solo lo expuesto, para pensar de que manera, debe haber impactado lo narrado sobre quienes leían tales noticias.

La cuestión es que el lugar le quedo pequeño, y Robertson con sus fantasmas y sus petates, debió mudarse, encontrando un lugar ideal para las presentaciones: un viejo convento capuchino cerca de la Plaza de la Vendome en el mismísimo París.

No solo funcionaba el marketing, sino que la puesta en escena resultaba fantástica y a medida del show.

Los espectadores eran conducidos a través de oscuros pasadizos, rodeados de antiguas tumbas y lápidas mortuorias. La escenografía no podía ser mejor, era todo un show de imágenes.

Si bien las proyecciones aterraban a la audiencia, el ambiente tétrico se potenciaba aún mas, al agregar sonidos de truenos, campanillas, y otros ruidos por el estilo.

Pero esto no era todo, algunos ayudantes caminaban entre las tinieblas de la cripta, con linternas sujetadas en sus cuerpos, lo que producía otros efectos sobrenaturales, algo así como espíritus o fantasmas caminando y rodeando al mismo público.

El caso es que muchos espectadores ni se atrevían a mirar, y otros tantos querían salir disparados a la carrera cuanto antes de aquel lugar, para alejarse de tal espanto.

La pregunta a formularse sería: ¿ para que iban a tales espectáculos si luego se horrorizaban ?
Evidentemente como en la época actual, el morbo jugaba su papel en la sociedad.

¿ O acaso muchos de nosotros no hemos vuelto la cara en algunos filmes de horror o suspenso ?

Aquello era el primer antecedente de las películas de horror actuales.

Aquella gente concurría a la Fantasmagoría, hoy nosotros vamos al cine.

El funcionamiento de la Fantasmagoría
Los fantasmas y demonios eran pintados sobre diapositivas de vidrio. Pero mientras en la Linterna los espectadores se encontraban entre el equipo y la pantalla, en la Fantasmagoría, era la pantalla la que se interponía entre la maquina y el publico.


De esa manera, al ubicarse el proyector detrás de una pantalla translucida fuera de la vista de la audiencia, agregaba más misterio al show.

El belga usaba un equipo de linterna especial montada sobre ruedas, al cual denominó Phantascope o Fantascope.

Moviendo este aparato hacia la pantalla o alejándola de ella, las imágenes se deformaban en cuestión de segundos, de forma similar a como lo hacen los modernos zoom.

Los espectadores azorados, observaban como la figura crecía rápidamente, dando la impresión que se abalanzaba hacia ellos, y al momento siguiente se convertía en pequeños enanos.

El mecanismo estaba hábilmente diseñado, con dispositivos que permitían que las lentes mantuvieran las imágenes en foco, y la intensidad de luz constante durante el movimiento de la máquina.

Al generar humo y dirigir el equipo sobre esa densa niebla, las imágenes se proyectaban sobre la humareda como si estuvieran flotando en el aire.

En 1847, a algunos científicos se les ocurrió la idea de publicar un libro, donde presentaban una colección de 400 experimentos científicos con fines de entretenimiento, y en el cual entre otras ramas de la ciencia, explicaban como la gente podía fabricarse su propia Linterna Mágica y Fantasmagoría, incluyendo la construcción de diapositivas con pinceles de fino pelo de camello, tinta china, y también como armar el resto del equipo.

En la figura tomada del libro mencionado, puede observarse como puede crearse una imagen fantasmagórica sobre un soporte quemando incienso para generar el humo, al mejor estilo de las proyecciones láser de nuestros días.

16 septiembre 2009

La Linterna Mágica

Hace cerca de 600 años, con la televisión ni cine aún inventados, un científico Veneciano, adelantado a su tiempo, dejó plasmado en su tratado Liber Instrumentorum, la referencia mas antigua de lo que luego se conocería como Linterna Mágica, el mecanismo precursor del actual proyector de diapositivas.
Al proyectar sobre una pantalla y en forma ampliada imágenes pintadas sobre placas de vidrio, el dispositivo llamado Linterna Mágica, se convirtió en el medio de entretenimiento y comunicación por antonomasia de toda una época.

A través de sus presentaciones, se conocieron noticias, narración de hechos bélicos o históricos, grandes monumentos, hechos cotidianos, ilustración de cuentos para niños, llegándose incluso hasta el límite de presentar lo que hoy conocemos como “espectáculo condicionado”, reservándose por supuesto esos shows, exclusivamente para caballeros.

Como empezó todo
Érase un tiempo de grandes descubrimientos, época en que la gente observaba mas detenidamente ciertos fenómenos, y por lo tanto ampliaba mas que ahora, el horizonte de su mente. Para muestra de esos tiempos, solo baste el ejemplo del gran Leonardo da Vinci.

Una de las primeras descripciones sobre el particular, aunque muy rudimentaria, fue realizada por Giovanni de Fontana, quien cerca de 1420, aunque sin explicar en detalle el fenómeno, describía el concepto de funcionamiento de la Linterna.

Sin la televisión, internet, ni los ciber, muchos utilizaban sus neuronas para pensar. Es así que luego de Fontana, aparecen otros nombres: Giovanni Baptista della Porta (1590), el jesuita alemán Athanasius Kircher (1650), Christian Huygens (1659), y muchos otros, quienes desarrollaron y mejoraron la idea.

¿ Porque Linterna Mágica ?
Como los espectadores no conocían el cine, porque aun no se había inventado, nadie tenía la mas remota idea, de donde provenían aquellas imágenes que aparecían ante ellos sobre una pared o una pantalla.

¿ Que otra explicación podría tener aquel extraño fenómeno, salvo que fuera un hecho sobrenatural, milagroso o simplemente mágico ?

Otras explicaciones, se inclinan a pensar que como a menudo esos espectáculos representaban duendes y demonios, lo probable es que de aquí justamente, provenga el nombre de Linterna Mágica.

Descripción de los equipos
El dispositivo más sencillo, constaba de una caja con una lámpara de aceite, una chimenea para evacuar el humo y una lente.

Como fuente de luz en sus comienzos, se usaron velas y lámparas de aceite, pero a algunos “iluminados” se les ocurrio la idea usar luz hidroxigenada, lámparas de arco y también luz acetilénica.

Pero es con la aparición de la lámpara eléctrica, cuando todos estos mecanismos - denominados pre-cine -, llegan a su punto culminante.

Desarrollos posteriores, generarían las imágenes animadas, donde a través de una placa fija y otra móvil, permitirían sobreimpresiones, que producían una ilusión de movimiento, aunque muy elemental.


Imágenes de Linternas Mágicas europeas del siglo XIX

Las imágenes aquí incluidas de las Linternas mágicas, han sido tomadas del excelente sitio Magic Lantern `de Luikerwaal´, propiedad de Henc R. A. de Roo (Holanda), donde cualquier interesado en el tema, puede satisfacer todas sus dudas respecto de este tema.

No podían faltar las sensaciones mas impactantes, muy parecido a lo que hoy llamaríamos efectos especiales. Eran Las Vistas Disolventes.

Por medio de un par de diapositivas, un juego de lentes y algún otro mecanismo, se podía observar un cambio de estado, por ejemplo la misma vista de día y de noche, invierno y verano, o un barco con mar en calma y en tempestad.

Los sistemas de estos dispositivos, así como su forma de iluminación se irían modificando, apareciendo entonces los Panoramas, Polioramas, Dioramas, Diafanoramas, Cosmoramas, Silforamas, etc.

El Panorama, permitía observar en una pared de forma cilíndrica, un paisaje o vista a 360 grados, mostrando así una “panorámica” total y amplia del paisaje.
El espectador, de pie en el centro del espacio, disponía de los 360 grados para observar toda aquella pintura.

Variando ya sea la iluminación, las pinturas, u otros detalles técnicos, se visualizaban los mismos paisajes en distintas situaciones, llegándose a proyectar ficciones y visiones fantásticas, en una sucesión de cuadros, como si se tratara de una película de diapositivas.
Se trataba de un ilusionismo visual, de allí también su relación con la magia.

El espectáculo
La Linterna alcanza su apogeo sobre fines del siglo XIX, cuando estos equipos aparecen en todo tipo y tamaño, desde linternas de juguete para niños, hasta aquellas usadas en espectáculos de entretenimiento en grandes salones, y hasta en teatros.

A algún showman inteligente de fin de siglo XVII, se le ocurrió una brillante idea: ¿ En lugar de establecerse en forma permanente en alguna población, porque no viajar, conocer el mundo, divertirse, y de paso llevar el divertimento hasta los lugares mas remotos?

Es de esta manera que los primeros linternistas comienzan a viajar continuamente presentando su espectáculo, y dado su carácter itinerante –exhibían en posadas, fondas, y castillos -, portaban todo su equipo sobre sus espaldas, anunciando sus espectáculos con panderetas, organitos u otros instrumentos y cantando para llamar la atención.

Cuando el espectáculo de Linterna Mágica se llevaba a las salas de teatro, se convertía en un verdadero show, ya que generalmente contaba con un presentador en vivo, cuyas explicaciones eran acompañadas por algún músico, quien frente a su piano, aportaba la “banda de sonido” al espectáculo, lo cual era un verdadero goce para la audiencia.

Un nuevo invento sobre fines de 1800, el cinematógrafo, convierte a este nuevo entretenimiento, en el más férreo competidor de la Linterna Mágica, acaparando toda la atención del público.

El cine con sus novísimas imágenes en movimiento continuo, relegan a partir de ese momento todo el esplendor que había conseguido la Linterna.

En la actualidad, en muchos lugares de Norteamérica y Europa, se realizan exhibiciones de Linterna Magia y Fantasmagoría, donde especialistas y coleccionistas, presentan y difunden este tipo de espectáculos, agregándole al espectáculo otros condimentos, usando vestimenta, decoraciones y otros detalles de aquella época.

La Linterna Mágica en Argentina
Argentina no podía quedar fuera del progreso.

De acuerdo con Vicente Gesualdo (1), fue el platero italiano José Boqui llegado a Buenos Aires en 1790, quien primero realizó exhibiciones en Argentina, con una Linterna de su propiedad traída desde Europa.

El italiano había conocido en Paris al celebre José Bálsamo “Cagliostro“, habiendo presenciado algunas de las representaciones de Linterna Mágica que este ultimo realizara en Versailles.
Boqui, vendió su linterna al Padre Juan Bautita Goiburu, quien realizó muchas proyecciones con este aparato en el Real Colegio de San Carlos y en el Real Seminario Conciliar de Buenos Aires.

A la muerte de Goiburu, la linterna paso a un pariente suyo también religioso: Ignacio Picasarri .

Comenta Gesualdo, que las ventanas de las habitaciones de Picasarri daban sobre el río, y cuando en 1811 la escuadrilla española de Montevideo bombardeó Buenos Aires, este cura fue acusado de hacer señales a los realistas, por los intervalos de la luz de la linterna al pasar sus vistas, lo que originó su destierro

¡ Vaya que se utilizó hasta para las cosas mas curiosas la Linterna en Argentina ¡

A posteriori otros extranjeros comenzarían a importar la novedad, y así comenzaron las exhibiciones masivas en los centros urbanos y rurales mas importantes de nuestro país.

(1) GESUALDO, Vicente “Los salones de Vistas Ópticas, antepasados del cine en Buenos Aires y el interior”, en Revista Todo es Historia, Buenos Aires, 1988

Museo Rocsen – Cordoba – Argentina
En las inmediaciones de Mina Clavero en la Provincia de Córdoba, Argentina, mas precisamente a 5 kilómetros de la localidad de Nono, funciona el excelente Museo Rocsen,donde dentro de sus mas de 18.000 piezas de disciplinas variadas, existe una sección de cine, donde se exhiben algunas linternas mágicas del siglo XIX, con varias colecciones de vistas, algunas de las cuales pueden observarse mas abajo.